Aseguró que le robaron todo, pero, al final, fue él quien quedó detenido. ¿Cómo es eso? Pasa que el tipo es sospechoso de simular ese atraco en el que justo nio se llevaron las armas por las que debía rendir cuenta. Al final, revisando una nómina de compradores, se pilló que quienes aparecen en la lista es gente que no tiene ni para comer anga.

Todo empezó con el supuesto robo de armas que se dio ndajeko en Villa Elisa. Quien dijo ser la víctima figuraba como importador de 50 armas para la venta. De ese lote, rindió cuenta de 18 y por las otras 32 tenía que presentar documentación y presencia física a la Dirección de Materiales Bélicos (Dimabel). Sin embargo, esas fueron las que justito se robaron.

Entonces, como para comenzar a vichear qué onda, apuntaron a las 18 que sí se vendieron. Y, ¡oh sorpresa! cuando se dieron cuenta que en la lista de compradores figuraban nativos que viven en total precariedad, que no tienen ni para comer como corresponde y mucho menos para gastar millones en unas armas.

A partir de este esquema de venta, se empezó a especular con la posibilidad que estas armas, en realidad, sean enviadas al norte del país para los grupos narcos que están de moda o, incluso, para el EPP. Los investigadores se encuentran puliendo detalles para pasar en limpio todo y saber cuál es el alcance real de este “negocio”.