No se sabe si se encomendaron a Jesús o si es que tenían un santo aparte. Pero en medio de una correntada, a la que quisieron desafiar, unas personas que iban en un auto quedaron “flotando” a la deriva y debieron ser socorridas por bomberos para evitar que se dé una desgracia. Por suerte, todo tuvo un buen final.

El hecho se dio en Jesús de Tavarangüé, donde un vehículo fue arrastrado por la crecida de un cauce tras las intensas lluvias registradas en la zona. Voluntarios que llegaron desde ciudades aledañas actuaron con rapidez y lograron rescatar el automóvil.

Las personas que venían dentro, al sentir que se les iba de las manos el vehículo, optaron por la más sana y salieron con rapidez por las ventanas dirigiéndose hacia donde todavía podían hacer pie de manera segura.