El tipo había salido de joda. Ya amaneciendo, era momento de volver a la casa. Agarró el auto pero estaba recontra chupado. Al toque lo pararon los agentes de tránsito y le hicieron soplar la “pajita”. Obviamente que dio un positivísimo. Le sacaron el auto y la licencia. El tipo se puso la meta de recuperarla lo antes posible. Pero… ¡se fue tomado!

El fulano se fue cayendo a las 8 de la mañana de un sábado con intenciones de rendir el examen para recuperar la licencia. El tema es que, cuando apareció, se le olía “algo” en el aliento. ¡Y encima estaba manejando! Por eso se le ocurrió la idea al instructor de someterlo a una nueva prueba. Y, para sorpresa de nadie, dio ¡positivo!

Con estos nuevos resultados, no le permitieron rendir al reincidente y le secuestraron el auto, diferente al que le habían quitado en la primera infracción.

El subsecretario de Tránsito y Transporte de la Municipalidad, Guido Tripolatti informó que “ahora decidirá la jueza de Faltas la sanción que corresponde” y se da por descontado que recibirá una sanción tan severa como ejemplificadora.

“Es muy grave, es una reincidencia. El auto fue fajado y quedó secuestrado y se le volvió a retener la licencia. No entendemos qué pasó, podría haber pedido una prórroga para rendir otro día, pero vino así, olía a alcohol y se le hizo la prueba”, explicó el funcionario.