Ahora que subió un chiqui el combustible, está caro andar “paseándose” por las rutas. A eso sumale que sí o sí algún “vuelto” hay que dejar en algún lado para poder cruzar la frontera o andar por las rutas del interior del país. Por eso, ahora los robacoches idearon una nueva forma de llenarse los bolsillos: una tarro de pintura, un inhibidor y una chapa son suficientes.

El comisario Juan Pereira, jefe del Departamento policial de Control de Automotores, reveló en una conversación con la 1080AM el nuevo “modus operandi” de estos delincuentes. He’i que ahora se roban los vehículos en Asunción y se venden en… ¡Asunción! Caraduras de lo último ya son.

¿Cómo hacen? Una vez que se hacen de algún vehículo con un inhibidor, por lo general estacionado en algún shopping, súper o lugar donde se aglomere gente, van derechito a algún taller para rápidamente cambiarle el color al vehículo.

Después le ponen la chapa de otro auto, generalmente también robado, y así los ofrecen en las redes a precios muy por debajo de lo habitual, con el famoso “contrato privado” y la promesa que en días más cerrarán todo por escritura pública, cosa que jamás pasa.

Por lo general, a quien le roban un auto, busca vehículos iguales al suyo. Jamás se fijan en otro tipo de rodado que por ahí tiene su chapa y son pocos los que miran el mismo modelo pero en otro color.

Para tener una idea, solo en la capital y sus alrededores, se estima que al día se roban un par de autos. No siempre se pueden recuperar. De hecho, muchos son desarmados y vendidos en partes.