La Unione Sportiva Avellino 1912 es una entidad deportiva que le mete al tranca y chute desde hace más de un siglo. Lo que comenzó a hacerlo masivo es cuando allá por el ‘78 la gente ató cabos y se dio cuenta que cada vez que ascendía un papa moría.
La primera vez que se dio este singular hecho fue en 1958, año que más tarde pasaría a ser marcado como el del “inicio de la maldición del Avellino”. El club logró subir a la Serie C y una semanas después falleció el Papa Pío XII.
A las siguientes temporadas, el Avellino volvió a descender. Pero, en 1963, volvió a ganar la Serie D para regresar a la C. El Papa Juan XXIII perdió la vida el 3 de junio de ese año.
En 1978 fue el año clave. Venía de ascensos consecutivos sin que pase nada y así llegó a la primera división. Pero… ese año murieron dos Papas: Pablo VI falleció en agosto y Juan Pablo I en septiembre tras solo 33 días de pontificado.
Su aventura en la máxima categoría no duró mucho y descendió. Tras unos años, volvió a caer llegando, una vez más, a la Serie C. Pero, en 2005, subió de nuevo a la Serie B. ¿Qué pasó es año? Murió el Papa Juan Pablo II.
Otra vez no se sostuvo en la categoría y volvió a cumplir la condición de equipo “sube y baja”. Es por eso que en 2013 el Avellino regresó a la Serie B. Ese año se dio un caso atípico en el Vaticano con la sorpresiva renuncia del Papa Benedicto XVI, el primero en hacerlo en toda la historia.
El pasado sábado “de gloria”, volvió a lograr un ascenso para retornar a la Serie B luego de varios años. Tan solo unas cuantas horas más tarde, el Papa Francisco perdió la vida el 21 de abril con 88 años.
Déjanos tus comentarios en Voiz