Aunque su nombre es Ángeles, ella se vistió hoy de bruja para celebrar el día de Halloween. Afirma que esta es una noche de fantasía y disfraces, “cada año hay una gran celebración de la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. Cada quien lo interpreta y lo festeja de acuerdo a su religión y como caracteriza el día”, comentó la rubia brujita.
– ¿Apoyas este tipo de fiestas?
– Obviamente, apoyo si es para celebrar, usar disfraces y pasar una noche divertida con los amigos, sin hacer ninguna maldad ni daño a nadie.
– ¿Cómo que maldad se hace?
– Y hay muchas personas que esperan la noche de Halloween para utilizar de otra forma macabra y cruel con el famoso payé, hacen ofrendas en los cementerios, ni a los pobres muertos les dejan descansar. Eso para mí es indignante, y a la vez una vergüenza porque no tienen perdón. Ese trabajo de magia negra es para el mal y perjudicar a la otra persona. Porque el mal existe y muchas colegas mías gastan hasta el último peso en recurrir a macumberas y eso no está bien.
– Cada vez asisten más a las macumberas…
– Sí, son tan tavycha, unas tontas que le enriquecen a las macumberas con la promesa de obtener mucho trabajo, dinero, fama, y tiran todo hasta el último peso y siempre siguen en las mismas, o sea en nada. Y no se dan cuenta lo tonta que son. Digo y sostengo que no hay mejor bruja que una misma, no necesitas de 10 macumberas para salir adelante ni retener a ningún sponsor a tu lado.
– ¿Existen las brujas?
– Yo 100 por ciento creo en brujas, existen, y los fantasmas también. Ya tuve experiencia de sentir sensaciones de una presencia como también de ver.
– ¿Qué te pasó?
– Hace meses, cuando volvía del campo manejando mi camioneta acompañada de una amiga, era por la ciudad de Caapucú a las 11:30 de la noche más o menos, ruta vacía y muy oscura. Veníamos a fondo y desde lejos vi parado a alguien debajo de la caseta de parada de bus, para verlo mejor prendí mi luz alta por su cara y levantó su cabeza y me miró. Era un escuelero al estilo yma, uniformado con el pantalón azul marino y camisa blanca con su cuaderno en la mano. Me dio mucho miedo.
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