Don Emilio Pereira (83) es uno de aquellos abuelitos que marcan la diferencia, pues desde muy joven empezó a apasionarse por el ciclismo, tanto así que la pasión sigue siendo práctica en su presente y hasta hoy día se dedica a competir. Él no es hína –señores– cualquier ciclista’i chalái que se ve por la calle, no. Se trata de un profesional de primera que pasó por varias competencias y que te hace 50 kilómetros al día sin ningún esfuerzo.
“Yo soy uruguayo, mi esposa es paraguaya y vine acá detrás de ella (risas)”, dijo. “Allá en Uruguay empecé hace ya 45 años a bicicletear. Siempre me gustó, pero con el tiempo me apasioné y hasta ahora sigo en las competencias acá”, relató.
En Uruguay llegó a participar de competencias donde debía bicicletear por cinco días. “Corríamos 200 millas en esa competencia y también recuerdo que desde el pueblo donde yo vivía íbamos los domingos hasta Montevideo que nos quedaba a más de 100 kilómetros”, siguió.
En Paraguay llegó en el año 87 y he’i que hizo de todo para poder ganarse el pan de cada día. “Fui cañicultor incluso un tiempo”, dijo. Siempre entrenaba, era su pasatiempo y su distracción hasta que se metió en las competencias acá y ya no paró.
Todos los días pedalea entre 40 y 50 kilómetros y todos los que lo ven lo admiran y aplauden por su fortaleza.
Su familia es la fortaleza para seguir pedaleando he’i
Don Emilio era panadero en Uruguay y su esposa se dedicaba a la cocina, según relató. Mucho tiempo después de que vino al país decidió montar un negocio en Sajonia (Asunción) donde le iba bien. Luego ya decidió mudarse a Villa Elisa y es ahí donde vive con su familia. “Tengo además una hija y una nieta de dos añitos. Mi familia es mi vida realmente y ellos me apoyan en mi pasión que es el ciclismo”, expresó.
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