Los buenos tiempos de tranquilidad y respeto parecieran haberse marchitado. Hoy en día la agresividad parece florecer no solo en la calle sino también de puertas para adentro, donde aparentemente el respeto se resecó.

Rossana Amarilla, comisario principal de la 59.ª de Toledo Cañada, en la ciudad de Capiatá, dijo que está sorprendida por el fenómeno que le tocó ver en su dependencia policial porque, pese a su larga trayectoria, nunca había vivido una situación similar.

“Hay mucha violencia por ahora, no sabemos porqué. No es justamente violencia familiar de hombre que pega a su pareja, sino de hijos contra padres”, dijo la uniformada. Aseguró que están recibiendo constantemente llamadas de padres que ya no pueden controlar a sus hijos por lo que incluso terminan golpeados por los mismos.

“Nos vamos y encontramos a hijos violentos, perdidos en las drogas. Los padres ya no pueden controlarles. Es terrible lo que está pasando” lamentó. Aseguró que la situación se complica debido a que este tipo de denuncias llegan todos los días de los asentamientos en donde la violencia no tiene límites.

“Tratamos siempre de calmar la situación. En estos barrios las personas son muy peligrosas y cuando empiezan los pleitos hasta terminan hiriéndose”, detalló. La komí contó que ve como principal problema la falta de educación de los padres con los hijos, quienes llegando a la adolescencia ya se vuelven “inatajables”.

“Les pegan a sus padres, algunos terminan acuchillándose, es demasiado terrible y siempre estamos ahí en el medio, tratando de calmar la situación para que no termine en tragedias. Los hijos perdieron el respeto”, tiró.

Por culpa de “bochincheros” no hay seguridad en las calles

Amari lla relató que la situación que se vive en los asentamientos repercute por la seguridad que debería haber en las calles. Explicó que en su zona existen más de 15 asentamientos en donde sí o sí hay problemas.

“Nos ocupa mucho tiempo y mucho personal policial. Cuando acudimos a esos servicios nos vamos con refuerzos porque son zonas peligrosas. Mientras pasa todo eso descuidamos la seguridad en las calles”, lamentó.

Explicó que en ocasiones pierden toda la noche asistiendo en estos casos de violencia familiar en vez de hacer patrullajes por las calles para evitar asaltos.

“Esta es una situación que trae mucha inseguridad, somos pocos los uniformados y no podemos abarcar toda la zona, cuidar de todos mientras se sigan dando los casos de violencia en los asentamientos” indicó la komí.