Con sus 70 años encima don Erasmo Florentín viene todos los días desde la ciudad de Villa Hayes hasta el Mercado de Abasto de la capital, donde se gana el día a día como humilde carretillero hace 16 años.

Con un quepis de color negro por la cabeza, remera mangas largas, pantalón y unos calzados bien cómodos don Erasmo se viste para trabajar en sus idas y venidas como carretillero y así contrarrestar un poco el calor de locos que hace, a pesar de ser otoño.

Contó que a pesar de tener una elevada edad, él debe trabajar para salir adelante en compañía de su señora, quien se dedica al trabajo doméstico.

“Tengo tres hijos, ya están todos grandes y de este humilde trabajo les hice estudiar a los tres”, contó don Florentín, quien a tempranas horas de la madrugada se levanta para poder llegar a hora al trabajo y cumplir con su función de fletero.

Resaltó además que ese trabajo lo encontró gracias a un hermano suyo, quien lo acompaña en su lucha día para ganarse el pan de cada día.

“Antes trabajaba por el Chaco, por la estancia, después ya fui viejo y como no había otra cosa por hacer vine a trabajar acá”, terminó diciendo don Erasmo mientras de su arrugada frente caía lentamente unas gotas de sudor demostrando su cansancio laboral.

SE AYUDAN

Don Erasmo contó que su señora es empleada doméstica y que ambos se ayudan con los gastos de la casa ya que sus hijos están todos casados.

“Mi señora tiene 40 años y juntos salimos adelante porque mis hijos ya están todos casados y cada quien tiene su familia”, he’i don Florentín.