Y una vez más, el mortal enemigo de cualquier arbitrariedad, abuso de poder o circunstancia que merezca ser divulgada a los cuatro vientos cumplió su papel: sacó de quicio a una funcionaria de blanco -una médica-, quien aparentemente se sintió ofendida cuando el hermano de un paciente decidió «documentar» digitalmente lo que él mismo describió como «un trato de perros».

Todo ocurrió en la víspera, tras el ingreso al servicio de urgencias del IPS, sede Luque, de Darío Orlando Zelaya, quien se encontraba aquejado de agudos dolores a causa de un apéndice inflamado y que ya parecía enveredar hacia una peritonitis.

La urgencia para ser sometido a una intervención quirúrgica antes de que se agrave más aún su sitú era un clavo en la garganta para los familiares de Zelaya. Sin embargo, aparentemente, ellos no recibieron la respuesta que esperaban.

Diego, hermano de Darío, fue el que presionó para que peloteen a su hermano, quien debía ser trasladado hasta el Hospital Central ya que en el lugar era imposible hacer la cirugía de urgencia que requieren estos casos.

De acuerdo a la denuncia, dicha solicitud le habría sido negada con el argumento de que en el estado en que se encontraba el paciente era imposible trasladarlo.

Tras insistir repetidamente a los profesionales, Diego decidió grabar lo que pasaba en su celu. Al darse cuenta de este hecho, lo agarraron y llevaron hasta el exterior donde le advirtieron que estaba prohibido grabar en el lugar y llamaron a guardias y volái para reprimir al joven, quien no dudó en seguir grabando.

La piedra del escándalo se desató cuando lo encaró la doctora Elisa Zárate, quien según dijo Diego, lo trató más o menos como se le trata a un perro cuando se le echa fuera de la casa.

La réplica a esta denuncia desde el hospital, la dio la directora Marta Duarte Caballero, quien señaló que la doctora Zárate solo reaccionó a las provocaciones del hermano del paciente.

“Si entran a tu casa, y te están filmando, no creo que te guste”, le bajó. Otra fuente afirmó que hetaiteréi la paciente para atender y que por eso estaban todos medio cable pelado.

OPÁ CON UN FINAL FELIZ 

Varios minutos después y con la incansable insistencia de Diego, las autoridades del hospital tuvieron que ceder.  Le entregaron una orden de traslado para que la firme. Ratito después nomas, Darío era trasladado hasta la sede central del IPS en un vehículo particular con patrullera del 911 que le abría el paso hacia Trinidad.