• Querer es poder y cuando se tienen las oportunidades se deben aprovechar

Ser “limpiavidrios” engloba la historia de muchas personas que por golpes de la vida no tuvieron la suerte de culminar sus estudios, o de ir a alguna Universidad para hacerse con el título de alguna carrera.

A muchos no les quedó otra más que salir a las calles y dedicarse a este oficio en las esquinas de los coches que esperan la luz verde del semáforo para seguir sus vidas.

“Estoy en las calles desde hace siete años trabajando en esto”, cuenta Martín Florentín, “pero no voy a dudar un segundo en salir de las calles si me dan una oportunidad laboral y así ganarme la vida para poder llevar el pan de cada día a mi casa. Tengo un hijo de 5 años quien depende de lo que llevo todos los días para que pueda comer e ir a la escuela”.

Una de las opciones que se manejaron a nivel municipal fue profesionalizarlos. “Si me ofrecen otro trabajo, ¡claro que me iría sin dudar!, sin pensarlo dos veces. Pero si salgo de las calles, ¿quién va a alimentar a mi familia? A mí me encantaría estudiar mecánica o electricidad, plomería… algo que sea de rápida contratación. No voy a tener problemas en buscar un futuro mejor” remató.

«No somos criminales»

“Porque no me queda otra tengo que salir a la calle y ganarme el pan de cada día. La vida del “limpiavidrios” también es sufrida, pero somos trabajadores, no somos criminales” he’i Martín.

“Mi hijo es mi fuerza, siempre”

La situación de Víctor Caballero es igual a la de muchos que están en esto. Trabaja hace 8 años. “Antes era ayudante de albañil, pero me gustaría estudiar también si la Muni me ofrece. Con gusto salgo de aquí y me dedico a reparar las plazas y cosas así. Para mí es difícil la vida en la calle. Tengo un hijo de 3 años y todo va para él. Mi hijo es mi fuerza, siempre” contó.

En cuanto a quienes los tratan como criminales, dijo que “es fácil apuntar y señalar con el dedo. No todos somos ladrones ni drogadictos, somos personas que luchamos para salir adelante. Si toman la decisión de sacar a los “limpiavidrios” de las calles, ¿qué hay después? ¿cómo vamos a vivir?”.

Finalmente, apuntó directo a quienes se “ganan la vida” en oficinas con aire y salarios a costillas del pueblo, asegurando que “un día nomás quiero ser concejal y que ese Daniel Centurión sea ‘limpiavidris’, a ver si aguanta el vivir así y si en otra oportunidad no piensa en los pobres y en lo que sufrimos para ganarnos la vida”.

Dejó la calle para ser una secretaria

Leonarda Benítez (30) es una mujer quien durante 15 años trabajó en la calle como “limpiavidrios” y de esa manera poder ayudar con los gastos de la casa, ya que su marido trabajaba como ayudante en una carpintería.

Leonarda contó que con el paso del tiempo contactó con el concejal Daniel Centurión, quien le dio un trabajo y ahora es su secretaria desde hace ya nueve meses. Es más, está próxima a casarse.

“La gente muchas veces le discrimina nomás a un limpiavidrios y no sabe que también tiene una familia detrás”, expresó la doña. Ella vive en el “Parque Caballero” actualmente, ya que es una de las víctimas de la crecida del río.

Además de ser madre de 4 hijos, debe mantener a su marido que actualmente se encuentra sin empleo.