- ¡INSÓLITO! Comentan que cada tanto se oyen diálogos y murmullos. Aseguran que son voces de los que no descansan en paz. “Ya estamos acostumbrados” he’i uno de ellos
Una ronda de tereré –en medio de panteones– refresca la reunión karape del mediodía de los cuidadores del Cementerio de la Recoleta en Asunción.
Algunos, sentados en viejos sillones, otros en el piso o recostados por las paredes, descansan unos minutos para luego retomar el laburo.
La mayoría de ellos están trabajando en el camposanto hace más de 20 años y tienen vivencias que a más de uno les puso la piel de gallina y les dejó más que claro que no todos descansan en paz en el lugar.
“Aquí ya pasamos de todo”, comentó don Óscar Vallejos, panteonero hace más de 23 años.
A la consulta de qué fue lo más sorprendente que le tocó vivir, he’i que “cada tanto escuchamos a los muertos hablar entre ellos. Dialogan y cuando vamos a ver no está nadie. Son los muertos, no hay dudas. Hablan entre ellos en medio de los panteones, te puedo asegurar” dijo.
“Vivo con eso, pero no tengo miedo, ya me acostumbré. Soy de la campaña y ndakyhyjéi che, che py’agusu voi (no tengo miedo, soy corajudo)”, agregó. Al ser consultado de qué por ejemplo dicen, he’i que “hablan de todo”.
Por su parte, don Filemón comentó que “siempre escuchamos voces, gritos. Son almas en pena” he’i.
Rezan frente a panteones antes de laburar
En el Cementerio de la Recoleta existen dos panteones denominados la “Calaverita” y la “Crucecita” que son considerados milagrosos por muchas personas.
Tal es así que se convirtieron en pequeños oratorios y están llenos de placas de agradecimientos de los devotos. La mayoría de los cuidadores del camposanto comentaron que lo primero que hacen al ingresar al lugar es dirigirse hacia estos panteones y rezar para tener un día bendecido.
“Todos los días viene gente a visitar estos panteones para pedirle algún favor o para agradecer por algún milagro que realizó en su vida o de algún ser querido. La mayoría de nosotros comienza el día laboral yendo a rezar frente a estos panteones” comentó uno de los cuidadores del camposanto.
Golpes en la puerta y no hay nadie
Don Óscar comentó avei que en uno de los panteones en que suceden cosas raras es el de Benjamín Aceval, recordado diplomático paraguayo. “Hace un tiempo se trajo el cuerpo de un hombre que se había suicidado y se colocó dentro de este panteón. Desde esa vez escuchamos que desde su interior la puerta se golpea fuertemente. Abrimos y no hay nada”, dijo. “Es raro pero es así. Parece como si quieren asustarnos”, agregó.
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