- VALIENTE. Desde tempranas horas de la mañana, don “Pingüino” coloca su mesita con sus juegos de azar y empieza su día laboral
Sentado bajo un gran árbol que cubre toda la Plaza de la Libertad, en el centro capitalino, y rodeado de algunos amigos sobre la calle Chile casi Estrella, como es costumbre, se encuentra Gustavo Ayala (54), un karai que vende juegos de azar y es como un símbolo vivo para el lugar céntrico, ya que “Pingüino”, como lo llaman sus amigos, es muy conocido por su peculiar forma.
“Hace varios años que trabajo por la calle, antes estaba como cartero y hoy día trabajo así”, decía “Pingüino”, mirando la gente pasar a su alrededor.
Ayala nació con malformaciones y no cuenta con brazos, pero -a pesar de eso- él demostró salir adelante teniendo como lema “querer es poder”.
“Todos me conocen acá porque siempre hago mi recorrido en todas las plazas y son mis compañeros del día a día que me pusieron como apodo ‘Pingüino’”, contaba en medio de risas sobre su sobrenombre.
Resaltó, además, que el trabajo diario para él es como todos los demás, ya que incluso tiene un celular con el que se comunica con sus familiares.
“Hace más de 48 años que trabajo por la calle, luego empecé a vender lo que sea y ahora como tres años que trabajo así”, he’i Pingüino, quien es padre de un varón y está casado desde hace varios años.
Comentarios