• SACRIFICADO. Su sueño era ser camionero, llegó a hacer viajes a Chile. Pero no había plata. Un día lo dejó y se puso a trabajar de albañil, jardinero, mozo, y empezó a entrenar. Hoy es recordman paraguayo del fisicoculturismo

Nueve veces Míster Paraguay, varios títulos internacionales, reciente campeón sudamericano en la categoría Hasta 100 kilos en la competencia de Arnold Schwarzenegger y vicecampeón en la general. Con esos logros, Óscar Zaracho es el paraguayo récord del fisicoculturismo.

“Desde chico quise ser grande, musculoso, como todos los niños sueñan. Era grande, robusto, fuerte. Nací para este deporte. Empecé tarde, pero desde chico sabía que estaba predestinado para esto”, nos dijo el orgulloso campeón sudamericano.

Es padre de tres hijos, una nena, un varón que juega en la Sub 14 del club Nacional y una hija que ya tiene 17 años, de cuya existencia se enteró hace poco, y ahora están recuperando el tiempo perdido.

“Este título voy a festejar en familia, con mis hijos”, dijo.

Antes de llegar a dedicarse al 100% al mundo del fisicoculturismo, Óscar hizo de todo, buscando mantenerse económicamente por sus propios medios.

“Mis padres no me hicieron faltar nada. Me tuvieron bien hasta mis 17 años. A esa edad yo decidí que quería ganar mi platita para pagar mis gastos”, dijo. “Hice de todo. Fui albañil, electricista, jardinero y lomitero”, dijo. También tenía la mente fija en lo que hubiera sido su profesión de no haber llegado a ser fisicoculturista.

“Yo quería ser mecánico y chofer de camiones grandes”, dijo. Su sueño apuntaba un poco más allá: “Quería seguir estudiando y ser piloto de aviación”.

Pero, mientras tanto, lo más cercano era manejar camiones y se le dio la oportunidad. “Hice varios viajes a Chile, me iba de acompañante y guardia. En algunas partes también manejé”, dijo. Pero ese trabajo era parte de su aprendizaje, de su pasantía, y él necesitaba trabajar, por lo que tuvo que dejar y meterle duro otra vez a los distintos oficios que manejaba.

En medio de las changas entrenaba, confesó. “Dejé lo de los camiones, porque ya tenía que laburar, porque ya no podía depender de mis padres. Y llegué a laburar haciendo de todo un poco. Después de dos años me quedé en un gimnasio a cubrir un lugar de un entrenador que tenía que viajar al exterior”, contó.

Allí cambiaron las cosas para él, pasando a dedicarse a tiempo completo al gimnasio.

ÚNICO

“Mentalmente aprendí a ser fuerte, porque la vida en las calles me enseñó eso. Para lograr superarse uno no debe estar cansado ni decir no puedo”, dijo y contó que desde mitã’i ya se consideraba ganador. “Por ejemplo, nadie me ganaba en una carrera de corta distancia”, contó.

“Donde yo estoy nunca nadie llegó y creo que no será fácil tampoco. Son 15 años a full y nunca dije: ‘No quiero, no puedo’. Nadie aguanta. Todo lo que ya logré quedará en la historia, nunca nadie podrá borrar ni alcanzar. De eso estoy más que seguro. Porque hay que dejar todo para llegar a donde yo llegué”, comentó.

“Yo dejé mi juventud, mi familia y mis amigos para llegar hasta aquí. Y no me arrepiento porque soy más que feliz. Amo tanto este deporte que me hizo perder miles de cosas y nunca renuncié”, dijo y en relación al dinero que pueda ganar con este deporte, dijo que “para un deportista, ser reconocido es lo más importante. Mi felicidad está en este deporte y en mis hijos”, le bajó.

FAMILIA

“Tengo un hijo divino que me cambió la vida, cuando yo empezaba esta carrera. Se llama Brian Jesús Zaracho y es un supermitã’i, hoy día juega en Nacional, en la Sub 14, tiene 13 años. También tengo una hija divina que es el amor de mi vida, día a día me tiene loco. Se llama Yerutí, tiene 4 añitos. Y hace poco llegó a mi vida una nena preciosa que no sabía de su existencia, que es mi hija obviamente, con una pareja que tuve antes de iniciar mi carrera de culturista. Ella se llama Rocío Tillería. Tiene 17 años, es la más grande”, nos contó Óscar Zaracho.

CAMPEÓN SUDAMERICANO

Óscar Zaracho se consagró campeón sudamericano en la categoría Hasta 100 kg, en el Arnold Classic de San Pablo, Brasil. El domingo, en la final general, llamada Overal, salió vicecampeón.