VARIAS HORAS. Desde tempranito se movilizan preparando todo antes que llegue el rollete
Las manifestaciones que se generan, por lo general en el microcentro de nuestra capital, suelen generar un feroz akãrasy a los conductores que intentan llegar a destino y a tiempo.
Pero también, detrás de esos bocinazos y nervios de punta entremezclados con una gran masa de personas que se mueven en busca de conseguir un objetivo, existe un grupo bastante importante de compatriotas que se gana la vida gracias a los que “arman lío”.
Son los “vendedores viajeros”, que se mantienen informados desde diarios, radio, televisión y hasta redes sociales para ganarse el puchero del día a día.
Hacen un trabajo previo en donde verifican los lugares en donde habrá una importante convocatoria para de esa manera ir a colocar sus puestos ambulantes y ofrecer sus productos, lo que les permitirá generar un ingreso económico.
Derlis Benítez (40) es uno de ellos. Trabaja en la venta de minutas y comidas rápidas hace 20 años. Es de Barrio Obrero, pero recorre distintas ciudades para poder vender y mantener así a su familia.
“Miramos las noticas todos lo días y así sabemos en dónde habrá movimiento. Cargamos los productos y nos vamos. Es a la suerte. A veces ganas bien y en otras terminás perdiendo” aseguró.
“Marchas, festivales, conciertos, fiestas patronales… Cualquiera sea la ocasión la debemos de aprovechar. Cuando uno se propone a trabajar honestamente no existe ningún obstáculo” aseguró.
RIESGO
“No siempre se suele ganar, en ocasiones no recuperamos lo invertido, pero en el riesgo está la ganancia se dice. Siempre estamos en movimiento” aseguró Derlis.
“A ellos les molesta, pero a nosotros nos da de comer”
Diosnel Jara (44) lleva 25 años trabajando como vendedor ambulante. Recorre las marchas ofreciendo las trompetas, kepis, sombreros, lo que sea. Siempre buscando tener un buen ingreso para poder mantener a su familia. Depende mucho qué evento ocurra para saber qué mercaderías salir a ofrecer. “Tenemos buena venta en ocasiones que te sirve para estirar hasta encontrar otro tipo de eventos y así poder ir hasta esos lugares” aseguró.
“A muchas personas les genera dolor de cabeza una marcha. A ellos les molesta, pero a nosotros nos da de comer” aseguró.
“Está muy dura la calle hoy en día”
Hilario Meza (52) es un humilde vendedor de “churros” y también de pororó. Lleva ya 28 años saliendo a las calles bajo el quemante sol a ganarse el pan diario y solventar los gastos de sus 4 hijos que van a la escuela.
“Siempre me rebusco en donde habrá mucha gente. Así a veces estiro la semana. Los fines de semana vengo a la Costanera a vender y muchas veces apenas alcanza. Ya debo pensar en Navidad, Reyes, y el inicio de clase del año que viene. Me tengo que preparar” tiró.
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