• AL PRINCIPIO la relación era sin compromiso, pero cada día su novia se muestra más enamorada que nunca y le insiste en formalizar

Quisiera contarle mi historia, fue de la forma menos pensada posible… por celular. Gracias a un amigo que difundió en un grupo su número, a partir de ese momento estuvo en mis contactos unos cuantos días y ni siquiera hablamos, hasta que así de casualidad cruzamos palabra y comenzaron nuestras charlas, divertidas sarcásticas y superanimadas…, entre más hablábamos, mejor nos la llevábamos (pero todo sin buscar algo más). Pasamos un gran tiempo así, cabe aclarar que para ese momento ninguno teníamos novia o novio.

Llegó un periodo donde me enteré que ella tenía novio, que había decidido

empezar una relación con alguien, no sé por qué pero luego de eso como

que fue una mala noticia para mí, aún cuando nos conocíamos tanto uno

sobre el otro, pero nunca nos habíamos visto.

A pesar de todo seguíamos en comunicación, vivíamos en ciudades vecinas. Hubo un momento donde yo comencé a salir con una chica y así hasta hacernos novios, también hubo un mes donde casi ni hablamos ella y yo, quizás por cada uno tener alguien en su vida.

Un día de la nada volvimos a tener comunicación, coincidimos casualmente en que ambos estábamos pasando por malos momentos en las relaciones, ella terminó con su novio. Y le terminaba contando que quería a mi actual novia y quería seguir con ella, ella me daba consejos que luchara, que no dejara de intentarlo si la quería y así… tantas cosas pero a la final concluí con mi novia.

Yo para ese tiempo ya estudiaba en su ciudad, había decidido irme a vivir allá por mejores oportunidades, terminé mi semestre y regresé a mi tierra durante las vacaciones. Ella igual estaba de descanso ese mes sin hacer nada, nos comunicábamos casi todos los días hasta tarde, hablando de tantas cosas. Eso fue creando un mayor vínculo, solo era cuestión de levantarnos para ya estar hablando.

Regresaron las clases, yo a su ciudad y con eso el estar cerca era posible, el gran momento llegó.

Por fin nos íbamos a ver luego de tanto tiempo de hablar por teléfono. Solo faltaba vernos, ese día fue genial, desde que nos vimos a los ojos y nos abrazamos hubo algo como una química, como si nos conociéramos de toda la vida. Desde allí seguimos coincidiendo, viéndonos y todo bien, hasta un momento que por casualidad me invitó a su casa.

Todo fue normal al principio, luego se fue dando la magia de los besos, pero no pasamos a mayor intimidad, lo máximo a lo que llegamos fue de besos y aclaro, jamás ella a mí, sino yo a ella.

Luego de eso vinieron remordimiento por su parte y cosas que estaban

mal unos cuantos días. Hasta que decidimos hablar, ella me quería de una forma especial, pero no se sentía disponible a tener una relación mayor, así que decidimos probar y tener algo a escondidas sin pensar en más.

Las cosas iban bien hasta que llegó el mágico momento en que nos entregamos a la pasión, lo más lindo de todo es que me entregó su virginidad, fui el primer hombre en su vida.

A partir de ahí las cosas empezaron a ser lindas, pero sin formalizar ante la sociedad, aún cuando nos manejábamos como novios formales, celábamos y todo.

Tanto que tomamos la decisión de protegernos con anticonceptivos y llevar una vida plena de pareja, pero manteniéndonos fiel al otro, aún en secreto.

Pero en los últimos tiempos sentí que ella está más cariñosa, más apegada, a veces nos vemos una sola vez por semana por falta de tiempo.

Cuando viajo a mi ciudad ella me dice que le gustaría ir conmigo, que me extraña y muchas cosas más.

Cuando empezamos la relación dijimos que nadie presionaría al otro, pero ahora ella está loca por casarse. ¿Qué hago?

Andrés, de Encarnación, 22 años

RESPUESTA: A veces nos causa miedo asumir responsabilidades; sin embargo, es imprescindible hacerlo para crecer. Si no estás enamorado de la chica solo dile, no seas egoísta que el amor tiene que ser libre. No des tantas vueltas, tal vez alguien mejor esté esperando por ambos y no se animan a correr el riesgo. Si por el contrario, la amas y sientes que encontraste el amor de tu vida no la dejes ir, difícilmente dos almas gemelas logran coincidir en tiempo y espacio y sobre todo, sin impedimentos, solo es cuestión de arriesgarse. No hay recetas mágicas más que la honestidad con uno mismo y si ambos se eligen luchar porque la relación floresca.

El compromiso del matrimonio es algo serio, pero no tiene que ser el fin sino el comienzo de una nueva etapa. No temas perder la libertad sino más bien concentrate en lo que ganas, una compañera de vida, de lucha y aventuras. Pensalo, coloca en una balanza todo lo que han logrado juntos, tus sentimientos y si deseas compartir lo bueno y malo con esa persona libremente sin presiones. Si tu respuesta es negativa, decile lo antes posible, de la mejor manera, no vale ilusionar a una mujer.