ESTADOS UNIDOS. Una novia conocida solo como Susan quiso la boda de sus sueños y la planeó. Pero había un pequeño detalle que no tuvo en cuenta que la farra le costaría millonada y ella ni el novio tenían mucho dinero.
Entonces, Susan optó por escribir en su Facebook que los invitados debían colaborar para la festichola, y pedía 1.500 dólares (7 millones y medio de guaraníes por ahí) a cada uno como derecho de admisión. Obviamente los comentarios no se hicieron esperar y la gente empezó a cañear y a decir que no estaba de acuerdo con pagar por asistir a la boda.
Debido a que los invitados se opusieron a pagar por una fiesta que iba a alcanzar los 60 mil dólares, la misma tuvo que suspenderse.
En un inesperado rapto de furia, la novia comenzó a acusar públicamente a sus amigos y familiares de intentar arruinar su boda y la relación con su prometido.
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