Está enamorado de su pareja, pero también siente que ama a otra persona. Quiere saber si puede amar a dos o solo se está engañando con algo que no es real. ¿Cómo podemos saber quién es la persona indicada?

Hace 9 años trabajando en un supermercado conocí a un hombre mayor que siempre venía a que yo le cobrara en la caja y me empezó a gustar y nos enamoramos. Con el paso del tiempo él, con 42 años, yo 20, comenzamos una relación y me mudé con él, al principio fue maravilloso, siempre muy atento, me trataba con mucho amor, pero después de unos meses empezó a ser muy celoso, no quería que yo salga.

Él me llevaba al trabajo y me traía otra vez hasta me revisaba el teléfono. Era muy fuerte y posesivo, era muy eufórico, hacía cosas sin pensar y luego se arrepentía, yo no lo amaba, me sentía atraído por él por lo que me daba la atención que era muy importante para mí. Siempre intentaba darle tiempo y que no se pusiera celoso hasta un día me quedé con mis amigos del trabajo y se puso furioso, histérico. Cuando llegué a la casa ya me había sacado toda la ropa afuera y hasta me derramó agua para que me fuera de ahí.

Agarré mis cosas y me fui. Terminamos mal, pero un día me llamó para decirme que quiere verme, que soy el amor de su vida, lo dejé de lado hasta que un día que me enfermé y yo estaba solo y la doctora me dijo si alguien podría venir a quedarse conmigo y le di su número, no pensé que vendría, pero vino.

Se quedó conmigo hasta que me recupere, siempre tan atento, me dejó quedarme en su casa y me recuperé bien. Me pidió perdón llorando y no sé qué pensaba yo que lo perdoné. En el fondo yo estaba enojado con él, lo quería a mi lado para hacerle daño emocionalmente y lo perdoné.

Luego ya salía solo, a veces no llegaba a dormir, lo engañé muchas veces, eran peleas, reconciliación, peleas y así vivimos todo ese tiempo.

Le hice sufrir mucho hasta que me cansé, solo nomás me rendí otra vez, ya que él seguía tratándome bien, después de todo lo que yo le hice también. Seguimos juntos, pero hace unos meses yo conocí a un joven trabajador que me gusta mucho y después de años le soy infiel a mi pareja otra vez, pero ahora es diferente. Porque yo estoy enamorado de mi pareja, no puedo estar lejos de él mucho tiempo y todo lo que hizo al final fue bueno, pero también siento que amo a la otra persona, me gusta estar con él.

Convivimos y es muy dulce conmigo y me propuso vivir juntos y ahora no sé qué hacer, tengo miedo de perder todo, ya tengo una vida hecha y todo lo que pasé ya.

Mi pareja me cuida y protege y perderlo todo, que al final la relación extra que tengo ahora no llegue a ser tan importante como la que ya tengo, pero yo siento que estoy enamorado de ambos, ¿qué hago?

Siempre intentaba darle tiempo y que no se pusiera celoso hasta un día me quedé con mis amigos del trabajo y se puso furioso, histérico.

LUIS, 29 AÑOS, DE ASUNCIÓN

LA RESPUESTA: LO IDEAL ES QUE SEA UNA MEZCLA DE RAZÓN Y CORAZÓN

Cada historia de amor depende de las decisiones que vas tomando

En las relaciones de pareja hay cantidad de matices que diferencian unas relaciones de otras, cada persona es un mundo y cada pareja es una galaxia. Decidir entre dos amores tan diferentes no es tan fácil, pero puedes empezar colocando en una balanza imaginaria tus aspiraciones en el amor. Lo ideal es que sea una mezcla de razón y corazón. El enamoramiento es algo intenso que puede transformarse con el tiempo en amor, pero el amor con los años también sufre una transformación. Depende de cada uno mantener esa llama encendida.

Puedes amar a dos, pero solo puedes tener una relación, a no ser que tus valores, cultura o normas sociales en las que vives te lo permitan. Podrías elaborar una lista de los valores o características básicas que exiges en una relación y analizar también que estás dispuesto a dar para que las cosas funcionen. Requiere de tu parte sinceridad y no confundir agradecimiento con amor, pasión o proyectos de vida juntos. Antes que saber quién es una persona indicada debes hacerte esta pregunta ¿de qué forma prefieres vivir tu historia de amor?

Lo ideal es que puedas seguir explorando diversos aspectos de tu personalidad que te ayuden a tomar decisiones más asertivas acordes a tu realidad. El psicólogo escucha atento a la persona y trabaja con él, sesión tras sesión. No es un mero “confesor”, el tratamiento implica una actitud activa realizando entre sesiones las tareas que se van proponiendo. De esto depende, en gran medida, la evolución favorable del tratamiento. Si tienes una dificultad personal, como la ansiedad o malestar, una situación dolorosa, duelo, trauma o separación, dificultades relacionales, o bien un deseo de cambio no dudes en consultar.