Según dicen, Ñande Ru está enojado con los humanos, por eso permite que vengan enfermedades desconocidas y una prolongada sequía.

“Son personas con una inteligencia increíble, tenemos mucho que aprender de ellos”, cuenta Concepción Fernández, una trabajadora social quien compartió su cultura con esta etnia que se encuentra en Amambay. Ellos ndje custodian el cerro Guazú, al cual llaman Jasuka Venda, considerado por ellos el “ombligo del mundo”, allí ndaje se inició todo y el Creador vive en ese lugar, según sus creencias.

“Hace unos 5 años atrás ya me dijeron que yo debía ir ahorrando y guardando alimentos porque se venían tiempos muy difíciles, enfermedades desconocidas y una prolongada sequía, que Ñande Ru, como ellos le llaman al Creador, estaba enojado con nosotros porque ya no hay respeto y menos con la naturaleza ”, según cuenta Concepción.

“Ellos no sacan una hoja del árbol sin pedirle permiso a la planta, ellos también tienen vida, dicen. Tiene un respeto impresionante hacia la naturaleza, saben cuándo y cómo se cosecha cada producto sin la ayuda de técnicos, sus productos son los mejores que he probado, almacenan sus granos en bolsas de arpilleras y lo protegen de insectos con humo, son enseñanzas ancestrales”, he’i.

Golpean el suelo con tacuara para pedir que llueva

El famoso baile para que llueva se llama tacuapú. Lo que en realidad le piden a Ñande Ru es que si es su voluntad, que llueva, y si no lo es, dicen que ellos aceptan la voluntad del Creador porque Él sabe lo que hace. Este pedido hacen acompañados de un baile y golpeando el suelo con pedazos de tacuara.

“Tienen una sociedad muy organizada, todos consultan con los superiores que a su vez se comunican con sus ancestros para tomar decisiones, especialmente cuando uno de sus integrantes cometió alguna falta. Los hombres van a trabajar en la chacra del jefe y a las mujeres se les raspa la cabeza, que es para ellas el peor castigo moral, lo que la deja en evidencia de su fechoría ante su comunidad”, comentó la trabajadora social.