Hugo Rojas, vendedor de pohã ro’ysã, como todo paraguayo valé cuenta que pese a que hendy con la venta de los yuyos, por las secuelas que está dejando la pandemia, se encuentra “remando” para sacar adelante a su familia.

“Estamos saliendo adelante. Durante la cuarentena vine todos los días a mi puesto porque tengo 3 hijos y 9 nietos a quienes también ayudo porque hendy. Hace 6 años que vendo remedio yuyo y tereré, y con eso mantengo a mi familia”, contó.

Analizando el presente del país, dijo que “está mal la situación. Al Presidente lo que le funde es su entorno. Nda hyguatamo’ái voi hikuái. Cada vez roban más, son capaces de vender hasta a su mamá, con eso ya te digo todo”.

El hombre, quien dijo ser de la Chacarita, comentó que allí “no es muy buena la situación. Ahora con el tema de la crecida mucha gente está saliendo de sus casas. Tengo parientes a quienes ya les agarró el agua”.

Comentó que ante tanta necesidad, “yo les paso la mano. Si uno ve a su hermano o a sus padres en esta situación así, claro que ayuda. Gracias a los yuyos y el tereré les puedo ayudar. Con lo poco que hay siempre alcanza para todos. Jaha hese hasta donde se pueda, ese siempre es el espíritu del paraguayo: ayudar, y siempre alcanza para todos”.

DAMNIFICADOS

Hugo dijo que varios de sus familiares ya fueron afectados por la subida de las aguas y tuvieron que dejar sus casas y que él también les da una mano en medio de sus limitaciones.

Mucha gente quiere irse de la Chacarita

El problema de cada año de la gente ribereña es la crecida del río. “Muchos dicen que a la gente de la ‘Chaca’ le gusta vivir así, mudándose con cada crecida, pero eso no es cierto. Hay mucha gente que quiere salir y necesita un pequeño empujón. No es que quieren que todo les caiga de arriba, nunca se hizo un censo como corresponde para buscar un lugar para los que quieren dejar el sitio”, he’i.

“Varios son los que están dispuestos a pagar si se les da una pequeña ayuda. Muchos somos los que pagamos la factura de luz y agua en ese lugar. La gente se queja de nosotros, pero no sabe lo que se sufre ahí, tienen que vivir nuestra realidad para poder opinar”, dijo.