Enviados especiales. Carlos Juri, Fredy Arrúa y Tatiana Moreno

Doña Ramona Riquelme es la promesera más antigua de la Virgencita Azul de Caacupé. Hoy día tiene nada menos que 102 años de vida y arrastra un siglo de peregrinación desde Yaguarón hasta la capital espiritual del país, en carreta. La señora, muy lúcida, dijo que su papá le contó que desde que nació le llevaban con ellos junto a la mamá de Kirito. Desde ese momento no dejó pasar un solo año para ir a visitar a la que ella llama su “sy guasu”.

Ella sigue yendo a verle a su santa patrona, pero este será el segundo año seguido que no irá en carreta sino, porque sus hijos la llevan en auto para evitarle el gran sacrificio que implica realizar ese viaje.

Don Gerardo Olmedo (60), uno de sus hijos que también peregrinará en carreta hasta Caacupé, dijo que una de sus promesas es por la salud de su mamá y por sus 102 años de edad. Aparte, he’i que piden igualmente en cada ida por la salud de uno de sus hijos que tiene síndrome de Down.

“Yo pido por mi mamá siempre, que alcance otro año más, y siempre la Virgen me cumple. Esa es una de las promesas que me voy a pagar. Ella nos heredó la tradición con mi papá que ya falleció y siempre nos llevaba desde chiquitos también”, comentó.

Ramona Olmedo (65), otra de sus hijas, comentó que su mamá demasiado quiere irse en carreta, pero que por cuestiones de seguridad no la dejan ir más así. La vaqueana tiene 8 hijos, 18 nietos y 11 bisnietos.

PIDIÓ POR TRABAJO

Don Patricio Saldívar (77) es otro de los peregrinos que va en carreta a Caacupé. Comentó que también desde que tiene memoria va a visitarle a la Virgencita. Él es médico naturalista y pidió a la mamá de Kirito hace 15 años que le vaya bien en su trabajo, cosa que le cumplió y por lo que hasta hoy va a pedirle la  bendición y darle las gracias. Tiene una Virgen en su casa a quien le prende vela todos los días.

ALREDEDOR DE 70 IRÁN A CAACUPÉ

El grupo de carreros de la compañía Zayas, de Yaguarón, todos de familias humildes y trabajadoras, tendrá su primera salida rumbo a Caacupé mañana alrededor de las 15:00. Unas 15 a 20 carretas serán las “adelantadas” de aproximadamente 70 que salen de la ciudad. En la noche de mañana y madrugada del viernes saldrá otro grupo y así sucesivamente hasta el 6 de diciembre. Ayer, los peregrinantes ya estaban “engrasando” las ruedas de sus carretas, poniendo todo en forma para que el viaje sea cómodo y seguro.

Este no es el único lugar que posee peregrinantes tan particulares, ya que hay muchos más en otras ciudades como Pirayú y Guarambaré. Aproximadamente un día les toma llegar hasta Caacupé entre que se quedan para comer, descansar y hacerle descansar a sus bueyes.

HARÁN OLLA POPULAR

Para aguantar en el camino cada uno va a llevar su “avío”, que incluye la tradicional chipa paraguaya, kure chyryry, asado a la olla y milanesa. Para consumir allá los 4 a 5 días llevan una olla popular y compran los insumos de los supermercados. El 7 de diciembre sí o sí hacen un gran asado.

Para los bueyes que son los que los transportan llevan para cada uno, una bolsa de espigas de maíz y takuare’ê en gran cantidad, eso solo para el camino. Mientras que para su estadía en Caacupé, que será en un predio que siempre utilizan ellos, comprarán pasto nuevo por aproximadamente 200.000 guaraníes para aguantar los días.