El péndex se colocó en un sofá de su apartamento de Brooklyn, Nueva York, junto con su amiga Molly Ennis y un paquete de bebidas energizantes. Su amiga, abandonó a mitad de camino y el joven llegó solo hasta el final. Se ganó dos mil dólares además de inscribir su nombre en el famoso libro de récords.
Estuvo sentado frente a la TV por 94 horas, cuatro días y eligió ver capítulos de las series Game of Thrones, Battlestar Galactica, Twilight Zone, Curb Your Enthusiasm y Bob’s Burgers, uno atrás otro.
Las reglas Guinness para convalidar el récord mundial incluían tres obligaciones básicas: No podía dejar de mirar la pantalla del televisor en ningún momento, no podía conversar más de unas pocas palabras con sus acompañantes y tenía cinco minutos de descanso por hora para comer algo, ir al baño o simplemente cerrar los ojos.
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