Por Omar Delgado

No termina el partido hasta que se empate… y terminan llegando hasta los 100 minutos de juego. Es así como Teletón justificó este año no haber alcanzado su meta en el horario establecido. Tal como van las cosas, para el 2020 amaneceremos en un segundo día viendo la maratón en todos los canales. Ya el año pasado se prolongó a 28 horas el límite para alcanzar la meta. Este año fueron a 29 horas y empecé a preguntarme: ¿En realidad “están todos” los que realmente motivan a donar?

El lema de “Estamos todos” no se aplica a todas las figuras del medio que realmente pueden motivar a la sensibilidad de las personas. Es claro que la historia de los que acuden a Teletón no basta.

Frente a cámaras vemos más a periodistas que son formadores de opinión antes que estimuladores a donaciones. Los que realmente podrían mover a la gente como el clan Rubin, o la mayoría de los presentadores del prime-time, este año no estuvieron.

A la gente le cuesta ganar cada moneda y ni bien tiene ese 500’i, en la esquina ya le piden de vuelta con la frase: “¿No tenés un 500’i, tío?”.

Ya duele el pecheo diario en la calle. El que quiere donar ya es muy escaso. Se debe ver muy identificado con un dolor ajeno. O quizá le deben vender muy bien la historia.

Es por eso en que vuelvo a preguntarme si realmente: ¿están todos en la Teletón aquellos que pueden sensibilizarnos?

No vi tampoco a aquellos grandes “influenciadores” de las redes sociales que usan sus cuentas diariamente para tratar de vendernos hasta trapos de pisos.

Las lágrimas de Menchi Barriocanal y Yolanda Park quizá son las armas más poderosas con las que cuenta Teletón. Son realmente figuras que llegan a la gente desde hace tiempo. Pero falta más, y no hablo de horas de maratón, falta que estén todos los que realmente pueden mover a la gente a donar.

La meta se logró. ¡Felicidades! Ya no en 27 horas, sino en 29. Ojalá el año que viene estemos todos viendo después de 27 horas nuestra programación habitual.