• El pasado 27 de mayo Celso Ñamandú, de 35 años, recibió un trasplante cardiaco en el hospital San Jorge, en donde por primera vez se realizaba ese tipo de cirugía de alta complejidad

A casi 6 meses de haber recibido un nuevo corazón, Celso Ñamandú anhela agradecer personalmente a los familiares del donante el que hoy esté con vida, pero manifestó que no sabe cómo contactar con ellos. “Ni siquiera sé cómo se llama la mamá del donante, mucho menos tengo algún número de teléfono en donde pueda ubicar a algún miembro de esa familia, para darles las gracias de corazón” dijo el joven trasplantado.

“Gracias al gesto de la familia del doctor Berdejo, hoy yo estoy vivo. Aún tengo que cuidarme porque todavía no me dieron mi alta, pero casi ya llevo una vida normal. No tengo ningún dolor gracias a Dios, mi operación salió muy bien y mi cuerpo aceptó sin ninguna complicación el nuevo corazón” expresó Celso.

“Después de recibir el alta, los doctores me consiguieron una casa en el predio del cuartel, cerca del hospital San Jorge, donde me operaron, porque no tenía dónde quedarme para seguir con mi tratamiento. Nosotros somos de Yby Yaú y me era muy lejos” indicó.

Además, he’i que “acá ellos me dan los remedios que necesito, pero hay algunos que tengo que comprar, también retiro para mi comida todos los días, porque todo tiene que ser dietético”.

“Ahora tengo dos cumpleaños (risas), nací el 2 de febrero de 1981, pero el 27 de mayo del 2016 volví a nacer cuando recibí el nuevo corazón”, comentó Celso.

Cambió la vida de varias personas

Tras la muerte del doctor Juan Berdejo, quien era parte del equipo de ablación y trasplante del IPS, sus familiares decidieron donar sus órganos, por lo que cinco personas pudieron mejorar su calidad de vida. Además del corazón del galeno, sus riñones y córneas también siguen vivas en otras personas. El médico había sufrido un accidente el 24 de mayo. Luego de luchar por su vida durante tres días, finalmente se confirmó su muerte cerebral, por lo que se convirtió en donante.