• SIN “NO”. El joven, que en el 2014 había perdido sus extremidades tras electrocutarse, quiere ayudar a la gente a superar las adversidades.

En el 2014 la vida de Luis Giménez (17) cambió completamente. Una electrocución lo dejó sin sus brazos y piernas. Pese a ello, el joven nunca se rindió. Sus ganas de vivir pudo más y enfrentó su realidad con mucho sacrificio.

Inició su tratamiento y gracias a gente de buen corazón consiguió prótesis permanentes que lo ayudan a desenvolverse normalmente. A tres años de aquel terrible suceso, “Luisito”, quien vive con la familia Espínola -Trinidad en Ypané, comenta que para nada se siente inferior a los demás.

“Muchas veces es la gente la que te pone límites, yo no los tengo”, soltó y dejó en claro que su meta va más allá. No tiene brazos ni piernas, pero quiere llegar con la fuerza de su voz a los corazones de quienes pasan por algo similar a él, pero que se sienten desmotivados, así como el australiano Nick Vujicic, quien nació sin extremidades debido a una extraña enfermedad y ahora realiza conferencias y predica el cristianismo para ayudar a la gente a superar las adversidades.

“Quiero ser un gran motivador. Hablarles a las personas que perdieron una pierna o sus brazos y decirles que no todo está perdido. Que la vida sigue y que hay que salir adelante. Que somos igual o mejores que muchos” dijo “Luisito”.

“Me gustaría hacer eso y además cuando termine la escuela y el colegio, quiero estudiar Enfermería porque me gustaría ayudar a los que necesitan”, agregó. “Motivar, ayudar con mi historia, me encantaría”, finalizó.

Un capo

El joven valécho viene de una familia muy humilde. Su madre y sus hermanos viven en San Lorenzo. Don Tomás Espínola y su esposa Francisca Trinidad –con el consentimiento de la mamá de “Luisito”– tomaron su tutoría hasta que este cumpla la mayoría de edad, y lo ayuda en todo y lo tienen como a un hijo más.

Luis nunca tuvo la oportunidad de ir a la escuela antes de que sufra aquel terrible accidente. Hoy en día cursa el tercer grado. Ya aprendió a leer y a escribir y es uno de los más aplicados en la escuela Sinaí, de Ypané. “Agradezco al director, a los profesores y a mis compañeros por el apoyo y la ayuda que me brindan siempre”, dijo.

“Luisito” vive como cualquier joven de su edad. “Salgo a pasearme, juego fútbol con mis amigos, como solo, soy feliz. Agradezco también a don Tomás y a toda su familia que me brinda su amor”, comentó.

“En su cabeza solo está en ayudar a su mamá y sus hermanos”

“Luisito” tiene un corazón enorme. Ni bien tiene un poco de plata lo primero que hace es ir hasta la casa donde viven su mamá Regina y sus hermanos para llevarles el dinero.

“En su cabeza solo está en ayudar a su mamá y sus hermanos” dijo doña Francisca Trinidad, en cuya casa vive el joven.

“Tiene un corazón enorme. Una de sus hermanitas de 15 años es ciega y también tiene un hermano que sufrió un accidente y quedó con golpes en la cabeza. Su familia es muy humilde, por eso él ni bien tiene un poco de dinero ya va y les lleva a su familia”, agregó la doña.

“Es una excelente persona. Rezamos muchísimo con mi marido para que él pueda recuperarse y aquí está superbién”, dijo.

Agradecidos con todos los que ayudaron 

Doña Francisca omombe’u que “Luisito” siempre recibe asistencia tanto psicológica como emocional por parte de la gente del Hospital del Quemado. “Agradecemos infinitamente a todos los profesionales del Quemado, quienes salvaron la vida a “Luisito”.

Al director Bruno Balmelli, a la licenciada Marta Paciello y muchos otros más”, dijo. “También un agradecimiento inmenso al grupo Shriners, que costeó los pasajes, estadía, asistencia y tratamiento en México donde “Luisito” recibió su prótesis”, finalizó.

El caso

“Luisito” se electrocutó en enero del 2014, cuando intentaba colocar un cartel y entró en contacto con cables de alta tensión.

Milagro

Su estado era bastante crítico y corría el riesgo de morir. Sin embargo los médicos le salvaron la vida.