GUARAMBARÉ. El día sábado 25 de febrero te contábamos la triste historia de doña Eudelia González Torales y todo el sufrimiento de una madre a la que hace 48 años exactamente le tocó vivir una de las peores pesadillas, pues había viajado en una oportunidad a visitar a su mamá en la ciudad de Mbuyapey, en el departamento de Paraguarí, y al regresar a su hogar se encontró con la sorpresa de que sus hijos Catalino, Zulma y Dilma ya no estaban en la casa, pues habían sido llevados por Juan Ramírez, en aquel tiempo su pareja sentimental y padre de esos niños.
Desde ese momento inició su sufrimiento, ya que se pasó años rastreando a aquellos pequeños. “Los busqué en todos estos años, pero sin éxito. No los vi crecer y eso me dolía mucho” comentaba ña “Lala”, como también se la conoce.
Pero luego de esa publicación ocurrió lo que la doña tanto esperaba desde hace casi medio siglo: poder reunirse con sus hijos. El día sábado recibió la visita de su hija Zulma quien vive en la ciudad de Villeta, quien vio la publicación y fue rápidamente en busca de la mujer, quien les dio la vida.
La alegría invadía el rostro cansado de ña “Lala”, quien no paraba de sonreír de la emoción de poder tener la oportunidad de volver a sentir en sus brazos a uno de sus hijos perdidos.
Pero la vida le tenía preparada otra sorpresa más, ya que el día domingo, su otro hijo de nombre Catalino también acudió al encuentro de su madre.
LA HIJA MENOR
Lastimosamente, Dilma no pudo tener la misma suerte que sus demás hermanos, ya que -según comentaron- la misma llevaba ya unos años de haber fallecido.
MUCHO
Ahora, ña “Lala” tiene 29 nietos, según le contaron, y se viene una superreunión familiar.
Ya casi no se levantaba de la cama, ahora tiene más fuerza
Este encuentro le hizo muy bien a Eudelia. Antes ella andaba muy deprimida, no se valía más por sí sola, pero después de volver a ver a sus hijos ella se levanta sola de la cama, se asea y hasta se peina sin ayuda de nadie.
“Te dice sonriente que se tiene que preparar porque en cualquier momento puede tener otra vez la visita de sus hijos y eso nos pone bastante felices” menciona Verónica Zaracho, quien es la nuera de ña Eudelia.
Ellos viven desde hace años cuidándola con su marido Silvio Bareiro. “Es impresionante cómo su estado anímico ha mejorado y no tenemos manera de retribuirles esta inmensa alegría porque prácticamente ella volvió a nacer con este encuentro” he’i.
Muchos abrazos, risas y besos formaron parte del encuentro
Desde que se vieron, las palabras sobraron. Varios abrazos entre ellos fueron suficientes para hacer sentir lo que no podían explicar con voces, ya que la emoción del momento era mucho más fuerte.
Los hijos comentaron que en varias oportunidades fueron en busca de su madre en la ciudad de Mbuyapey y nunca tuvieron datos precisos si dónde podría estar la doña.
Inclusive habíamos recibido llamadas de una mujer que nos decía que ella se encontraba por tal ciudad y nos daba falsas direcciones y fue así que nuestras esperanzas se iban terminando, pero gracias a la publicación del diario por fin ese abrazo que se hizo esperar por 48 años se pudo concretar, también ña Eudelia agradeció a la señora quien cuidó de ellos como sus propios hijos, ellos están sanos y con sus respectivas familias.
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