• CELEBRIDAD ANÓNIMA. El “declamador desconocido” que cautiva emociones y admiración en Alto Paraná

GUSTAVO GALEANO. Corresponsal

Cuando lo ven, pocos son los que esperan encontrarse con una sorpresa de la clase que tiene. Los ojos quedan ciegos cuando su labia empieza a endulzar los oídos de quienes tienen el privilegio de compartir con él aunque sea un breve instante. Este es Marcelino Iriarte (64), el hombre que a donde va impresiona con poesías al rollete.

“A los 7 años yo ya recité ‘Loca’ en una escuela de mi ciudad natal, San Roque, de Cordillera, y luego ya viajé a distintos lugares como declamador”, comenzó explicando sobre su vida este artista que se da a conocer como “Guyra Campana”.

Su pinta, al igual que otros poetas ya desaparecidos, como Manuel Ortiz Guerrero y José Asunción Flores, no da tan siquiera pistas de ese talento que lleva de manera innata. A la hora de declamar un verso, le deja jurujái a toda la muchachada.

Algunos desubicados que no saben de su punto fuerte se burlan de él cuando aparece en escena. Sí, se burlan, pero solo hasta escuchar su saludo que siempre viene acompañado de una estrofa purete que el “poeta desconocido” improvisa sin ningún titubeo.

“Cuando salí recién del cuartel, viajamos con el Dúo Pérez Peralta a la zona de Carayaó, San Pedro… Nos trasladamos en un camión que repentinamente se estancó en la tierra roja, entonces tuvimos que caminar cerca de 15 kilómetros para llegar hasta nuestro destino”, expresó el humilde artista para aclarar que compartió escenarios con grandes exponentes del arte.

CAPO

Participó en los festivales más importantes de nuestro país, como el de “Takuare’ê ” y “Ypacaraí”.

SUEÑO

Separado de su amor de juventud, con quien tiene dos hijos (Osvaldo y Ramona), el hombre enfrenta la vida de manera solitaria, cargando canastos de sacrificio y lucha con los que se gana el pan. Es por eso que espera una ayuda de los diputados para que le otorguen un sueldo graciable en su calidad de artista.

VERSOS

“Guyra Campana”, nombre que adoptó de la impresión que le generó un personaje llamado Pepe Murillo, tras recitar “En vano” de su siempre ídolo Manuel Ortiz Guerrero, no dejó escapar la posibilidad de homenajear a las mujeres en su día.

“Podrá nublarse el sol eternamente, podrá secarse en un instante el mar, podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal, todo, todo sucederá, podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón, pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor”, le bajó el declamador para todas las mujeres paraguayas.