• PRESA FÁCIL. “Nos amenazan todo mal luego (los drogadictos), si no colaboramos con ellos”, comentaron los trabajadores del volante

Hace poco más de 30 años que don Vicente Valdez (55) se levanta todos los días a las 3:30 horas de la mañana. Es chofer de colectivo y bien temprano sale de su casa para ganarse el pan de cada día.

Le da un beso a cada integrante de su familia al despedirse porque nunca sabe si regresará. Se coloca un rosario en el cuello para sentir protección, porque sabe que la inseguridad es la “compañera fiel” en su trabajo. Como el don, son varios los colectiveros que sienten lo mismo y más aún los que tienen un itinerario por barrios considerados inseguros.

La falta de garantías, sobre todo en el horario nocturno, principalmente en los distintos barrios de Asunción y Gran Asunción, es el principal obstáculo que encuentran los trabajadores del volante.

“Somos carne de cañón, así de sencillo. Sabemos que somos presa fácil para cualquiera y más todavía cuando entramos en los barrios, pero qué le vamos a hacer, tenemos que laburar”, comentó Valdez.

Por su parte, don Felipe Argaña, chofer del interno “San Blas’i”, de Luque, que hace un recorrido por zonas como Isla Aveiro, Amanecer, Colonia, centro de Limpio hasta Piquete Cué, he’i que lastimosamente son víctimas de los “drogadictos” que les cobran peaje todos los días.

“Los ‘chespiceros’ sí o sí se suben a pedirnos plata. Les damos 2 mil o 5 mil, a veces 10 mil porque o si no corremos el riesgo de que nos hagan algo. Lastimosamente estamos a merced de cualquiera, pero no tenemos de otra que seguir luchando. No podemos defendernos porque suben muchos y no podemos hacer nada”, dijo.

“Varios compañeros ya fueron asaltados por los delincuentes”

José Barreto (24), chofer también de una línea interna, he’i que es consciente de que en el trayecto que realiza pasan por lugares donde “hendy kavaju resa” en cuanto a la inseguridad se refiere.

“Sí o sí rezo mucho antes de salir a hacer cada redondo. Solo Dios nos protege en el trayecto. Sabemos que nuestro trabajo es complicado. Tengo varios compañeros que ya fueron asaltados por delincuentes. La zona que nos toca recorrer es complicada”, tiró.

“Antes, solo de noche era el problema, ahora es en cualquier horario. Estamos expuestos, duele decirlo, pero es así. “Los bandiditos o chespiceros nos cobran ‘peaje’ todos los días, nos amenazan todo mal luego si no colaboramos con ellos. Es triste contar esto, pero es así. Sí o sí se suben a pedirnos plata, yo doy 2 mil o 5 mil guaraníes, más bien por miedo o para evitar cualquier problema”, he’i.