LUCHA POR SU VIDA. El cachorrito es un campeón, le detectaron moquillo, una enfermedad que requiere un costoso tratamiento, pero sigue dando pelea
Entre las tumbas abandonadas un pequeño cachorrito se refugiaba de la lluvia y el frío en el cementerio de Luque.
Como alma en pena de noche jugueteaba por lo extenso del camposanto, comía lo que encontraba o le daban los sepultureros al pasar.
La conmovedora historia del peludito llegó a través de un posteo a la página de “Narices frías” en el Facebook.
Fue así que se armó el grupo de rescate para buscar al perrito que probablemente nació y le tiraron ahí o fue el único sobreviviente de alguna camada de alguna perrita callejera.
Por todo el cementerio lo buscaron, estaba escondido en una tumba pequeña, de esas que se les cae la puertita, salió agitando la colita, por eso le pusieron “Gasparín”, como el pequeño fantasmita de la serie animada.
Hasta ahora está al cuidado de “Narices frías”, una organización que rescata solo a futuras mamás, a las mamis con cachorro y los cachorritos en situación de calle o peligro.
Con el correr de los días el peludito se puso lindo y todas sus fotos tenían arrastre en las redes sociales, 500, 600, 800 me gusta al día, tanto es así que llegó a ganar varios concursos y se convirtió casi casi en una celebridad.
Es uno de los seleccionados por la organización PulgApp para ser imagen de una campaña para la tenencia responsable de animales, pero ahora enfermó, le detectaron moquillo. “Pero es un campeón, que va a salir adelante”, señaló María Inés de Vigo, miembro de “Narices frías”.
Su tratamiento
Es costoso, necesitó un suero que cuesta 140 mil una dosis. Buscan una familia que lo adopte.
El teléfono
Pueden contactar con la agrupación “Narices frías” en el Facebook, o al celular (0985) 33 76 95.
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