PERJUICIO. Esta situación le produjo a la afectada una perdida económica de un millón de guaraníes

ITAPÚA. Cuando hay hambre no hay… ¡comedor cerrado! Esa sería la frase perfecta para describir el vare’a alucinante que tenían seguramente estos muchachones “madrugadores”. Madrugadores y bien “sinvergüenzos” por cierto, ya que asaltaron el conocido comedor “Tía Rosa” en la ciudad de Natalio, en el departamento de Itapúa, de donde se llevaron todo.

Así como suena, se llavaron todo lo que se podía comer en el sitio, que estaba bien tapadito sobre la mesa del negocio. La dueña del comercio, doña Rosa Blanca Sosa (47), escuchó unos ruidos raros y se levantó para mirar qué-pa lo que estaba pasando. Se encontró con uno de los mondaha, ¡quien la saludó amablemente! y siguió apoderándose de las bandejas que había en la cocina.

“Yo estaba durmiendo y escuché el ruido, me levanté y le encontré al muchacho. Me saludó como si nada: ‘hola señora, cómo le va’. Estaban entre cinco y ahí agarraron mi olla, la asadera que contenía 12 enrollados, una asadera que contenía 8 marineras de pollo, una olla de hierro con 40 porciones de fritura de pollo, una cacerola grande llena de caldo de gallina casera. Llevaron todito. Toda mi mercadería estaba sobre la mesa”, he’i ña Rosa a un medio local. Ella se quedó dura del susto, por eso no pudo reaccionar, lo que fue aprovechado por los glotones para rajarse del lugar.

MADRUGADA

02:40 AM. Ña Rosa otopá bien temprano a los ñatos en su comercio morfando todo.

AFECTADA

Operdé vai la dueña. Llevaron 12 enrollados, marineras de pollo, pollo frito y caldo de gallina.

“ERAN LINDOS Y BIEN VESTIDOS”

Lo que le llamó poderosamente la atención a la señora Rosa fue la educación y la pinta que se mandaban los “hambrientos”. “Lindos muchachos eran, bien vestidos, no parecían patoteros” tiró la perjudicada. Pero no es luego la comida que se llevaron lo que ombyasy la doña, sino las ollas y asaderas caras que se llevaron estos badulaques de su local. La pérdida económica que le ocasionaron a la “tía” orilla los un millón de guaraníes, solamente en comidas.