• MIL HISTORIAS. Tras idas y vueltas pilló que lo suyo es la música y ayudar al prójimo

Cursó hasta el tercer año de Ingeniería Química, salió de su Corrientes natal para buscar un futuro mejor en España. Luego de hacer un tour introspectivo por toda Suramérica, dejar un trabajo con buenos ingresos, llegó a Paraguay donde dice que encontró su verdadera pasión por la música, al amor de su vida y sus ganas de ayudar a los niños desahuciados y olvidados por el Estado.

“Feliz, me considero una persona feliz, un loco que terminó feliz”, dice Gabriel Monzón al definirse en una sola palabra. Monzón es músico y hace cinco años vive en Paraguay, donde dice que vino a consolidar su amor al canto y al arte en general. Casado con Tirsa Axll, una experiodista danés radicada en Paraguay, Gabriel es profesor de canto, cantante, productor y mánager de distintos grupos musicales. El correntino afirma que misteriosamente Paraguay le dio la oportunidad, luego de varios años de pensar y renegar su talento entendió que él vive por la música. “Me di cuenta que soy músico, que soy música”, dijo.

Gabriel es amante del folclore latinoamericano, estilo que también lo llevó a varios escenarios en la vieja Europa.

Estudió en la escuela “Paraguay”

No fue coincidencia terminar viviendo en nuestro país, pues en Corrientes estudió en la “Escuela República del Paraguay”. “Desde chiquito mamé cultura paraguaya, me sabía el Himno Nacional paraguayo de memoria. Sabía todas las fiestas patrias. La institución se llamaba ‘Escuela Pública Nacional República del Paraguay’, era una escuela solventada por el Consulado paraguayo en Corrientes. La galopera, pájaro chovy… ya me lo sabía a los 6 años”.

Viajó para conocer distintos estilos y ritmos

Gabriel, luego de haber ahorrado 15 mil euros trabajando como vendedor en España, sintió que debía viajar para encontrarse consigo mismo y visitó los pueblos más recónditos de Brasil, Argentina, Bolivia, Perú y Venezuela. Del viaje rescata que la música de nuestro continente es única.

“Hay veces que en ciertos lugares me comunicó denuncia social. En otros me comunicó amor a la tierra, eso no tiene otra música del mundo. Es una poesía muy natural y en otros mucho sentimiento. La música peruana es muy de arraigo al corazón, de desamor, o el tango, que es pura traición trapera. En general creo que es una música muy rica en emociones. Si querés sentirte sofisticado, escuchá una bossa nova, si querés estar feliz escuchá algo de Centroamérica”.

Ayudan a muchos niños

Tirsa, su esposa, fue la que empezó con el comedor para niños en situación de vulnerabilidad en la ciudad de Limpio. “Ella dejó el periodismo para dedicarse de lleno a eso y a mí me encantó eso, y ahora me dedico solo a cantar y a ayudarle a ella con el comedor. Son 180 niños que acuden para alimentarse y practicar canto. Les cambiamos su realidad. ‘Centro Integral Mbajue’ se llama, en el mismo barrio Mbajue está”, comentó.