ESPERANZAS. “Tenemos esperanzas en este gobierno, nos han recibido y escuchado”, dijeron representantes de la Asociación de Excombatientes

Los excombatientes del golpe militar de 1989, donde se le corrió al dictador Stroessner, tienen la esperanza de que se les dé el reconocimiento, ya que fueron los principales protagonistas de la cruenta jornada.

Estos humildes hijos de campesinos en ese entonces contaban con 14, 15 y 16 años, esperan que este miércoles 27, cuando en la Cámara de Diputados entre con moción de preferencia la sanción del proyecto de “ley para indemnizar a los excombatientes del golpe del 89”, les salga con dictamen favorable.

“Tenemos ya tres dictámenes favorables, de la Comisión de Derechos Humanos, de la Comisión de Ciencia y Tecnología y de la Comisión de Presupuestos. Nos falta de la Comisión de Defensa, pero con esos tres dictámenes ya se puede estudiar en el Congreso” he’i Víctor Colmán, el presi de la Aso de Excombatientes del 89.

Colmán tiró que están peleando desde el 2014 para que se les reconozca el esfuerzo que realizaron en aquel entonces. “Pedimos una indemnización justa para todos los que participaron del golpe, que serían 1.300 jornales míninos para cada uno e igualmente para los herederos de los soldados fallecidos en ese acontecimiento, que serían unos 105 millones de guaraníes”, explicó.

“Me fugué para ver a mi mamá”

“Yo era recluta en ese momento, hacía apenas cinco meses que estaba bajo bandera, no era ni siquiera antiguo todavía, en ese entonces tenía 16 años. Al terminar el golpe, nos fuimos todos a la Caballería y de allí a Cerrito. Yo me quería comunicar con mi mamá, para avisarle que estaba vivo”, recordó Víctor Colmán.

“Me fugué del cuartel por un cañaveral y me fui a la terminal para viajar hasta Ypacaraí. Cuando llegué a casa, mi mamá ya me estaba esperando, comí algo y me dormí. Al otro día volví de nuevo a mi unidad, nadie se dio cuenta de mi ausencia”, agregó.

“Lo más difícil fue ver morir a los camaradas y vivir con eso”

Cecilio Morales, exinfante de Marina, en ese entonces era conocido como Cuerpo de Defensa Fluvial, fue uno de los primeros en participar en el ñemuña del dictador. “Salimos del Cuerpo en 10 camiones, a eso de las 21:00 horas, sin saber a qué íbamos, nos bajaron delante del Cuartel de Policía y ahí nos informó el suboficial Osnaghi a qué veníamos”, contó Morales.

“Lo más difícil fue ver morir a los camaradas, a mi lado omano dos, frente al Cuartel de la Policía. Por eso cuando mis hijos me preguntan sobre el golpe, les cambio el tema. Al levantarme a la mañana, me parece que les veo todo a mis compañeros fallecidos, es muy duro vivir con eso” he’i entre lágrimas el exsoldado.