FOTO: POR EL MUNDO. Avei vende artesanías para mantenerse.

• RECORRIÓ 14 PAÍSES. Se animó y ahora recorre el mundo sobre ruedas. No se arrepiente, porque viajando le da sentido a su vida, ndaje

DEJÓ TODO. Hay que dejar el “sistema”, le bajó, para “trabajar, para vivir y no vivir para trabajar”

Algunos deciden romper estereotipos y desafiar a la vida de diferentes maneras. Carlos Palazón, sin embargo, decidió salir de lo que él llama el “sistema” para vivir la vida y no dejarla pasar en el tiempo. “Un paraguayo rodando el mundo”, es como se autodenomina. Y es más que un “eslogan”, ya que así se lo conoce en los catorce países que ya recorrió. Ahora se encuentra en Coatzacoalcos del estado de Veracruz, México.

“Estoy viajando por América. Salí el 15 de diciembre del 2015. La idea es recorrer América, Asia, Europa y África, en diez años. Ya llevo dos años y dos meses recorriendo 14 países de América y 350 lugares”, omombe’u Carlitos como sus conocidos lo llaman.

Con emoción, Carlos cuenta cómo se decidió a emprender tan difícil viaje. “Lo primero y lo más importante es salir del sistema y salir de la opresión de estar cumpliendo horarios, de estar cumpliendo órdenes, vestirte y trabajar para los demás. Fuera del sistema se trabaja bien, se vive bien”, he’i.

El karai se las ingenia para poder subsistir y continuar con el viaje de su vida. “Me cargan combustible a cambio de artesanía o comida. Gracias a eso logré conocer gente, lugares y otras costumbres”, remató.

A los doce, se le ocurrió la idea

Carlos recomienda y dice que “hay que salir y conocer la idiosincracia de cada pueblo y las costumbres de cada uno”. Confiesa que viajar es un tema que le atrae desde chiquito. “Cuando tenía doce años fui a un camping y me di cuenta que la naturaleza era lo mejor. Creo que ahí me entró la semillita a la mente” he’i. El arriesgado hombre avei cuenta que se hizo de familia, tuvo dos hijas y luego se separó de su mujer. “Vendí mi casa, fui siete años a vivir en Río de Janeiro, Brasil, en un yate. El yate cambié por una casa rodante más grande que esta (su kombi) y entonces ahí me di cuenta que era demasiado grande para vivir y hacer este viaje. La vendí y compré una kombi para dos personas”, he’i.

Ofaltapa chupe el tiempo, he’i

“Me falta tiempo para seguir disfrutando. Ojalá el día tuviera 48 horas. La vida en la ciudad es sofocante, es una rutina constante. Lo importante es viajar, el mismo gasto que tenés en un mes en tu ciudad lo podés tener viajando, inclusive podés ahorrar”, contó Carlos.

Antes de continuar con su viaje por México, el karai dejó un mensaje: “Para todos los jóvenes, hay que salir del sistema primero, porque estudian veinte años y al final poco y nada saben. Para mí el estudio es una pérdida total, porque te enseñan a estar en el sistema y no a salir de él. Al salir del sistema una persona adquiere mayor conocimiento de lo que es la vida, o sea trabaja para vivir, no vive para trabajar”.

La kombi

Tiene dos dormitorios y una “buena cocina”, además de amuletos y “atrapasueños” que va recogiendo en su largo camino.