Cecilio Armoa es un laburador y emprendedor a sus tan solo 14 años. Desde pequeñito su vida no fue tan fácil, ya que cuando apenas tenía un mes de vida, desgraciadamente perdió a su mamá, pero fue criado por doña María Elsa, quien lo cuido como un hijo.

Hoy, ya adolescente, sigue manteniendo su espíritu en alto para salir adelante. Arranca su día bien tempranito, sale de su casa que está en la Chacarita cerca de las 6:00, con su termo de cocido y su canasta de chipas, y se coloca sobre la calle Pdte. Franco y Chile del centro asunceno para vender desayunos y ganar algo de platita para ayudar en su casa. “Él desde chico ya trabajaba, cuando él tenía ocho años ya quería salir a trabajar, porque cuando eso a mi me diagnosticaron cáncer de mama, ya no podía hacer muchas cosas”, relató María Elsa.

Desde pequeño quiso trabajar y a los 8 años se decidió y salió. “Él me decía, yo me voy a ir mamá a trabajar para ayudarte”. Él siempre quería las cosas y yo no podía darle lo que él quería, somos pobres y no alcanza más que para comer, para otros gustos ya no podemos”, he’i. Después de culminar con la venta del cocido, Cecilio se va hasta la Secretaría Nacional de Turismo, para continuar su jornada lustrando botas. Cerca de las 11:30 retorna a su casa para alistarse e ir al colegio, donde cursa el noveno grado.

“No pude decirle que no es mi hijo”

La mamá de Cecilio murió después de un mes de haber dado a luz. “Yo no le había contado eso, porque él para mí es mi hijo, está reconocido por mí”, contó María. “Hace unos meses que sabe. Alguien por ahí le contó y vino a preguntar, yo no pude decirle que no es mi hijo de sangre, lloraba y lloraba, entonces mi hija le dijo que su mamá no le dejó por ser una mala persona, si no porque se fue al cielo”, explicó.

Practicar fútbol en su rato libre

Cecilio trabaja hasta el mediodía, estudia por las tardes y ahora quiere practicar fútbol después de salir del colegio, según contó la doña. “Siempre busca tiempo para prepararse y ser alguien en la vida. Él todo el día está por la calle, pero ahora me trajo un certificado de computación y de otros cursos”, he’i. El mitã’i la tiene bien clara, y quiere seguir la carrera de administración de empresas.