• MUY SORPRENDIDOS. Los pobladores de esa localidad itapuense ombyasy el final de los colonos
• BIEN TEMPRANO. La pareja empezó a discutirse cuando recién empezaba a clarear. El señor le metió dos tiros en la cabeza a su esposa y luego se mató

Los celos son como el cáncer de la mente, ya que no paran hasta destruir completamente la razón de la persona afectada por esta terrible enfermedad mental.

La tranquila localidad de Nueva Alborada, tierra de laboriosos agricultores, ayer se desayunó la terrible noticia de un feminicidio donde la víctima de turno era una señora de 75 años. El jejuka oiko en una vivienda de la calle F15 de esa zona.

La finada, de nombre Luba Mischuk, debido a una enfermedad se movilizaba en una silla de ruedas. Ella murió como consecuencia de dos impactos de bala en la cabeza, disparados por su ména que fue identificado como Enrique Tepper (82), quien también se metió un tiro en la cabeza ha omanoite luego del mba’evai.

Los vecinos acudieron hasta la casa de la pareja luego de escuchar los disparos, pero como estaba todo cerrada llamaron a un hijo de los colonos que vive a 2 kilómetros del lugar, quien ou a toda velocidad. Al abrir la puerta se encontró con la triste escena.

Fueron llamados los agentes de la Comisaría 28.ª local, quienes se apersonaron al sitio para tomar intervención en el homicidio, además acudieron miembros del Ministerio Público para realizar los trámites de rigor.

REVÓLVER 32

Se encontró en la escena del crimen un revólver calibre 32 que fue el arma utilizada en el triste suceso.

El señor seguía un tratamiento para los celos en el Hospital Regional

El matrimonio era bastante conocido en la zona, por ser muy trabajadores y productores agrícolas. Don Enrique icelosoiterei por su señora, quien estaba atada a una silla de ruedas. Es más, el karai ya había sido denunciado en la comisaría por sus vecinos por maltratar a doña Luba. El tema había llegado al Juzgado, por lo que el juez ordenó un tratamiento psicológico-psiquiátrico en el Hospital Regional de Encarnación. Pero lastimosamente no se pudo completar las sesiones, debido a la terrible decisión tomada por el señor Tepper. Según dijeron algunos vecinos, los celos del hombre ya tenían muchos años.