• VALENTÍA. Sin miedo y con el pecho cargado de emoción don Ignacio recuerda su batalla como si fuera ayer

SAN PEDRO DEL PARANÁ. Ansioso, esperando que llegue sus dichosos 18 años para presentarse como soldado del pueblo paraguayo, Ignacio Trinidad Medina (104) marcaba los días en su calendario para que esa fecha tan esperada convierta en realidad el sueño de defender su tierra guaraní.

“Ya habían pasado 5 meses que empezó la guerra en aquel entonces. Yo esperaba nomás ya tener mis 18 para irme a Asunción y presentarme para servirle a mi país. Cuando llegó ese día, con otros compañeros nos subimos en el tren y nos presentamos en Asunción. Ahí nos prepararon otra vez para saber manejar las armas y poder defendernos” arranca contando don Medina.

“Una vez listos nos llevaron al campo de batalla real”, recordó ya con mucho más entusiasmo uno de los tantos héroes de la patria, a la vez de apuntar que “una vez estando cerca de la zona tuvimos que bajar de los camiones y empezamos a caminar para no dar alerta a los enemigos bolivianos”.

Mientras los recuerdos iban y venían a su mente, el simple hecho de repasar aquellos momentos vividos hacían que las emociones comiencen a ganar fuerza. “Yo era un experto manejando las armas y eso me ayudó a sobrevivir en la guerra” he’i, asegurando que esto le permitió matar a muchos bolivianos quienes querían apoderarse de la tierra guaraní.

“Nos pusieron en línea para irnos. Los tiros venían de todos lados. Los bolivianos estaban frente a nosotros… ¡qué mucho boli había matado!, qué pucha. Era mi vida o la de ellos, yo ko era medio tolongo luego con los armas (risas)”, contaba don Ignacio.

Luego de 2 años de batalla, pasando hambre, sed y tratando de resguardar su vida mientras defendía su patria, cerca de 5 a 6 aviones bolivianos empezaron a volar y tirar unas cuantas bombas en medio de una feroz balacera. “Fui herido con 14 balas, que hasta hoy día siguen estando dentro de mi cuerpo” rememoró.

“En mis piernas y mi pies es donde más tengo, menos mal no me dispararon en mi cuarto o en mi panza porque ahí si que no iba a estar contando la historia”, decía el héroe de la patria quien hoy con el pecho cargado de emoción recuerda como si fuera ayer esos momentos que hicieron ganar la guerra a los jóvenes soldados del ejercito paraguayo.

Custodio de los 9 mil presos bolivianos

Luego de ser herido, recuerda que le alzaron en un camión con otros compañeros también con secuelas de la guerra, incluso algunos dando ya sus últimos respiros.

Una vez que llegó al hospital donde fue socorrido por las enfermeras contó que le dieron los primeros auxilios y cuidaron de él ya que no había muchos profesionales médicos.

“Nos limpiaron todo y nos tenían así, no había muchos médicos. Estuve como 5 meses en ese lugar, cuando estuve mejor, me dieron de alta y me llevaron para resguardarle a los 9 mil soldados bolivianos quienes estaban como prisionero, ahí estuve durante un mes”, terminó diciendo don Ignacio.

22 AGOSTO

De 1933 fue la fecha donde don Ignacio fue herido por los bolivianos. “Era una tardecita, recuerdo bien ese momento”, he’i el héroe.

EN CASA

Don Trinidad nació en Capitán Leguizamón, distrito de San Pedro del Paraná. Actualmente vive en el pueblo mismo perteneciente al departamento de Itapúa.