Dicen por ahí que cada barrio, cada ciudad, tiene a sus emblemáticos personajes, de esos que todos conocen y admiran. Y en la zona de San Ignacio, Misiones, don Ignacio Pedrozo (56) es uno de ellos.
No hay quien no haya parado frente a su humilde puesto de ventas comidas y saboreado de sus riquísimos asaditos que ofrece todas las tardes y noches en la plaza “Capitán Alfonso del Puerto”, de la citada ciudad, en compañía de su esposa, doña Ladislaa Rojas (50).
Es el pionero en esta labor en esa parte del país. Con una sonrisa, un apretón de manos y un abrazo fraterno, recibe a cada cliente.
Pero lastimosamente, varios vivarachos se aprovecharon de su amabilidad, su cortesía y su buena atención para “comprar” los asaditos con billetes falsos.
Pero don Ignacio le encontró la vuelta para “cachar” a los sinvergüenzas. “No me quedó de otra que comprar un detector de billetes falsos y colocar en mi puesto para no caer más”, dijo a Crónica.
Así, el humilde trabajador se convirtió en el primer asaditero que implementa en su puesto de trabajo un detector de billetes falsos en San Ignacio, Misiones y, tal vez, en todo el país. “Quiero creer que la gente te pasa esos billetes sin saber que son falsos. Pero lamentablemente hay personas que no ven el esfuerzo que uno realiza y no piensa dos veces para joderte”, dijo el humilde asaditero.
“La gente nde ra’a continuado nde hode haguã, lastimosamente. Y con esta máquina quiero evitar para que eso ya no pase. Me cansé que me jodan”, finalizó.
“Les dije que lleven nomás los asaditos”
“Compré el detector de billetes falsos por 70 mil guaraníes –que para nosotros– es mucho, pero qué pio voy a hacer, ya no quiero que me estafen”, añadió. “A partir de ese momento pillé 3 billetes de 100 mil guaraníes que eran falsos”, dijo. “A la gente que me pasó esos billetes les dije con mucha amabilidad que lleven nomás los asaditos, que les doy nomás, pero que sus billetes eran falsos y que para la próxima tengan cuidado”, finalizó.
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