También tuvo un hermano que atajó en varios clubes y ahora, su hijo defiende el arco del Nueva Chicago. “Somos toda una generación de arqueros”, dijo.

• POR GERARDO BENÍTEZ MONGES

César Alfredo Velázquez Cuenca es parte de una generación familiar de arqueros que marcó suceso dentro del fútbol local y extranjero. Su papá, don Eusebio César Velázquez, atajó en varios clubes locales y fue su inspiración para elegir el arco como puesto favorito. Su hijo de 19 años, Federico, hoy sigue sus pasos y ataja en el Club Atlético Nueva Chicago de la Primera Nacional.

“Mi papá fue arquero de Sol de América, de Atlántida y Pdte. Hayes; luego lo llevaron a Guaraní para suplir a Éver Hugo Almeida, quien pasó a filas de Olimpia en los años 1972 o 73”, recordó el compatriota, quien actualmente es el preparador de arqueros del club Independiente de Avellaneda del fútbol argentino.

“Por su intermedio, siempre me gustó el arco, él me enseñó a atajar, es una pasión que tenía y la sigo teniendo. Yo soy el mayor de tres hermanos, y uno de ellos, Walter Hugo, también fue arquero de Libertad, Tacuary y otros. Ahora mi hijo Federico está atajando en Chicago; somos toda una generación de arqueros”, le bajó orgulloso.

Sus inicios los tuvo en la escuela de fútbol de Sol de América y Cerro Porteño, pero fue en Libertad donde, con apenas 17 años, ya pintó alto en el arco, dando el salto hacia el club de Arsenio Erico, el “Rojo” de Avellaneda.

“Debuté en Primera con 18 años, con el profesor ‘Toto’ Yugovich, a quien considero un maestro, uno de los mejores docentes del fútbol paraguayo; después de unos buenos partidos me compró Independiente y prácticamente aquí hice toda mi carrera, aunque en el 2003 fui a Cerro Porteño por ocho meses”, indicó.

Los logros y el gran susto que se dio cuando noqueó a un contrario

Velázquez sostuvo que en el fútbol uno pasa por alegrías y tristezas. Recordó que, “mis mayores logros fueron aquí en la Argentina, dos ascensos con Chicago y Argentinos Juniors y la Supercopa con Independiente en el 1995”. Sobre lo otro dijo que “contra Colón salí a rechazar un centro frontal y choqué con Gabriel Migliónico, él entró en convulsión al caer al suelo. Recuerdo que él arbitro terminó el partido por el momento delicado que pasamos. Fue un susto, felizmente se recuperó más adelante”, dijo.

“Independiente me enseñó a ser un profesional”

La mayor parte de su carrera como arquero fue en el exterior, como en Argentina, Chile y Honduras.

“Si bien en Libertad me formé como jugador y aprendí a jugar al fútbol, Independiente me enseñó a ser un verdadero jugador profesional, me dio todo”. Cuando decide colgar los guantes y ser DT y entrenador de arqueros trabajó en Chicago y Argentinos Juniors. En 2019 retornó a Avellaneda para formar parte del cuerpo técnico liderado por Julio César Falcioni.

“Luego de 20 años volví al club, fue una sensación hermosa a casa, donde me siento cómodo y muy querido”, dijo.

“Paraguay tiene que apuntar más a los jugadores jóvenes”

César integró varios seleccionados juveniles y también la Sub 23 campeona del Preolímpico, disputado en nuestro país.

Igualmente participó de las Olimpiadas de ese año e integró dos veces el plantel principal de la Albirroja. Respecto a la sitú de la sele guasu dijo que “Paraguay tiene que apuntar más a la formación de jugadores jóvenes, antes teníamos jugadores en puestos claves en las grandes ligas profesionales, hoy solo tenemos defensores.

También hemos perdido nuestra identidad, siempre fuimos duro, ya no es lo mismo”, acotó. César está casado con Silvia, tiene tres hijos, Dalma, Rocío y Federico. Su primera hija ya está casada y le regaló un nieto, Lorenzo (“Lolo”), pequeñito aún.