El atleta de 21 años habló con Crónica sobre cómo dejó de lado otros deportes.

• POR OSCAR PATIÑO RIVEROS

Hay deportistas que están destinados a brillar en un determinado deporte y Gonzalo Matías Melgarejo Britos es uno de ellos.

Él jugó al fútbol, hizo pruebas para las inferiores de Libertad, jugó al básquet, pádel y un tiempo se dedicó al atletismo, pero finalmente triunfó en el vóley de playa y hoy día es una de las principales promesas de este deporte en nuestro país.

Nació en Asunción el 17 de noviembre del 2000, comenzó a patear un balón de fútbol a los 4 años en el Garden Club del Paraguay y hasta llegó a presentarse en las pruebas que hace el club Libertad para fichar jugadores para sus divisiones menores.

Y cuando estaba por realizarse la prueba final en el Guma su familia se mudó a Encarnación y tuvo que dejar.

“Faltaba la prueba final para ser parte de las inferiores de Libertad, pero yo ya no pude hacerla porque nos mudamos a Encarnación, allí tenemos una escuela de vóley y tal vez el destino tenía preparado para mí este camino”, contó Gonzalo a Crónica.

Pero su afición por el vóley es de familia, sus hermanas Paula y Camila también jugaron, aunque hoy día ya no lo hacen porque tienen otras actividades.

Explicó que su vida siempre estuvo ligada al deporte. “A más de fútbol jugué básquet, pádel, un tiempo hice atletismo y me quedé con el vóley, estoy muy contento con la decisión que tomé. Quiero ganar una medalla olímpica y dejar un legado para las futuras generaciones porque el vóley de playa tiene mucho por crecer en Paraguay”, aseguró.

“Estoy orgulloso por todo lo que creció este deporte”

Melgarejo Britos reconoció que el vóley de playa es una disciplina que recién ahora está comenzando en Paraguay y que tiene mucho por crecer aún, pero que más allá de eso está feliz porque en los últimos años se dieron varios pasos adelante.

“En Paraguay el vóley está comenzando recién ahora tiene mucho por crecer; pero estoy muy orgulloso por todo lo que ya creció, lo que avanzó este deporte, sobre todo porque al principio no era muy conocido”, señaló.

Juega, estudia, enseña y eso le hace muy feliz

Gonzalo tiene solo 21 años, pero hace varias cosas al mismo tiempo. A más de jugar al vóley de playa y representar a nuestro país en los diferentes torneos del mundo, es profesor de vóley en el Complejo Deportivo Ediger y al mismo tiempo cursa la carrera de Kinesiología y Fisioterapia.

“Hago lo que me gusta y eso me hace muy feliz. Mi idea es aprender todo el tiempo y eso mismo poder volcar de nuevo hacia los jóvenes de nuestro país, enseñarles lo que nosotros hemos aprendido”, he’i.