El tema de los rollos (y otras cosas) que desbordan de la ropa ya no sería un problema a futuro para la humanidad. Unos científicos de Estados Unidos pillaron que haciendo una pequeña modificación en las células grasas, es posible reducir la obesidad de manera segura y en algunos casos hasta rápida.

Las pruebas que los capos de la ciencia con ratones fue un éxito, aseguró la revista Nature Metabolism y dirigida por el Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad de Michigan.

El estudio se centró en una enzima llamada histona desacetilasa 6 o HDAC6. A medida que el exceso de energía se acumula en forma de grasa en los animales, incluidos los ratones y los humanos, las células grasas liberan más leptina en la circulación del cuerpo.

Esta hormona ayuda a restablecer el equilibrio energético del cuerpo al indicarle al cerebro que disminuya el apetito y aumente la quema de calorías.

Los investigadores trataron ratones obesos que habían sido alimentados con una dieta rica en grasas con un compuesto que inhibe la HDAC6. En unas pocas semanas, el peso corporal de los ratones disminuyó casi un 25 %; y a diferencia de la pérdida de peso que a menudo se produce con la restricción calórica, la disminución de la masa se debió casi por completo al tejido graso (50% de disminución de la masa grasa), con poca pérdida de masa muscular magra.

El equipo también observó mejoras significativas en la salud metabólica general de los ratones.

Si bien los resultados en ratones son alentadores, Işin Çakir, autor principal del estudio, enfatiza que los hallazgos todavía están muy lejos de traducirse en tratamientos para la obesidad en humanos.