Ante la desesperante sequía que abruma a todo el país, la familia Barúa de la compañía Costa Espinillo de Villarrica, realiza todos los días a las 19 horas una novena al Kurusu Bartolo, implorando por lluvia. Este miércoles terminan los 9 días del rezo el cual se debe completar bañando a la cruz en espera del tan anhelada aguacero porã.

Según contó don Raimundo Barúa, esta es una tradición que data de hace alrededor de 200 años. Cuenta que la enorme cruz fue rescatada del lugar donde había fallecido ahogado un querido Sacerdote de la zona. En el lugar se habían colocado dos crucifijos, uno al pie y otro en la cabeza del difunto pa’i. El otro crucifijo se encuentra en poder de la familia Portillo, en donde también están haciendo la novena.

Según contó don Barúa, su abuela le había relatado que el Pa’i Bartolo era muy querido por los campesinos ya que él amaba la tierra y que por los sembradíos por donde pasaba el cultivo crecía con mayor rapidez. Según los relatos que pasaron de generación en generación, los familiares de Pai Bartolo lo habrían internado en una casa de campo para cuidarlo luego de haber perdido la memoria.

El religioso no aceptó esta situación y una noche de tormenta salió a caminar por los campos. En el camino intentó cruzar un arroyo pero cayó en él y murió ahogado. Los lugareños le dieron sepultura en el lugar donde encontraron su cuerpo señalando el sitio con dos enormes cruces.

La cruz fue ganando fama por los milagros que concedía a los campesinos ya que parecía que escuchaba los ruegos de los labriegos que llegaban a pedirle que les enviara la lluvia en épocas de sequía.

«Mi abuela contaba que nunca falla la novena al kurusú Barloto. Hace 30 años atrás más o menos en medio de la desesperación hicieron la novena al crucifijo y luego lo llevaron al campo a bañarlo. Antes de poder salir del lugar vino una tormenta, en ese entonces la lluvia duro casi 6 meses», contó el kara’i.

Dijo además que ellos tienen mucha fe en que con la novena al crucifijo va a llover. Ya vieron la forma de trasladar la pesada cruz hasta el campo luego del último rezo del miércoles y después de eso sí o sí va a caer mucha agua, aseguró