Una mañana, la noticia llegó. Desde ese día, la vida no fue igual. Todos los objetivos, la rutina, los deseos se pusieron en pausa. Una terrible enfermedad había golpeado a la puerta de esa pareja cargada de sueños.

Justo y Liza se llenar de amor, de fuerzas, de valentía. Juntos le hacen frente a uno de los desafíos más grandes que el destino puso en sus vidas. Y más allá de los resultados que se van teniendo por el camino, algunas veces buenos, otras no tanto, lo que les llena de fortaleza para seguir andando por ese difícil camino muchas veces son gestos que vienen de las personas que los rodean.

Uno de esos gestos es el que vivieron con Miguel Fernández, un chofer de una plataforma de traslado que los llenó de emoción para demostrarles que no hay que dejarse vencer, que no hay que aflojar, que no hay que bajar los brazos, que ¡hay que seguir!, porque siempre aparece alguien que te da, con una pequeña acción, esa inyección de espiritualidad que te toca el alma.

“Con mi novia fuimos a su consulta al hospital del cáncer. Ella está en silla de ruedas. Nos tocó este Bolt que fue tan amable desde el principio. A la hora de pagar entendí porqué” comenzó relatando en sus redes sociales “Yuyi” (@GarayJusto).

“Dijo que su señora también tuvo (esa enfermedad) y que sabe lo que estamos pasando. Le quise pagar y dijo ‘el de arriba ya me pagó’. Yo no soy creyente, pero de la forma en que me dijo, con tanto sentimiento, y con un apretón de manos me llegó hasta el fondo”, escri

bió el joven, dejando sentir una profunda emoción en cada palabra.

Las redes explotaron. Entre los tantos comentarios que acompañaron las publicaciones de Justo, uno de los que se dejó leer fue el de Sofía Fernández (Sofernandezz_01) quien dijo ser la hija del chofer que movió a esta pareja.

“Así es mi papá, se llama Miguel Fernández. Es un hombre muy bondadoso, noble y de gran corazón!! Muchas gracias por compartir tu historia, él estuvo desde el 1 uno al lado de mi mamá, hasta el día en el que venció. Mucha fuerza para usted y su novia!” fueron las palabras de la joven que llevó aún más a las lágrimas de emoción a quienes siguieron la historia, por la fortaleza de Liza, por el amor de Justo, por el gesto Miguel y por creer que hay gente en nuestro país que merece un aplauso de pie.