Toda un vida llevan las hermanas Villalba trabajando en el mercado municipal de Abasto, pero en la noche del martes fueron desalojadas del pasillo en donde vendían frutas desde hace 41 años.

A las dos de la madrugada, haga frío, calor o cayera una tormenta ya llegaban las abuelas de 68, 74 y 78 años desde la ciudad de Areguá para disponerse a vender frutas y permanecían allí hasta vender toda la mercadería.

Según contó a Crónica doña Juana, la menor de las hermanas, anoche el nuevo director del mercado las sacó del lugar que ocuparon por más de 4 décadas y las colocó frente a un local ajeno. Supuestamente el paseo peatonal en donde estaban ubicadas las ancianas fue comprado por un panchero que convirtió el pasillo en un depósito.

«Nosotros nos criamos en el mercado, ésta es nuestra casa, de aquí salió el dinero para criar y hacer estudiar a mis cuatro hijos y ahora de la nada nos vienen a sacar de acá. Mis hermanas solo se pusieron a llorar, todas estamos enfermas y este trabajo es lo que nos da vida» contó a nuestro medio la abuelita.

Dijo que el perjuicio que les causa es muy grande ya que ellas no pueden vivir sin trabajar, pues están acostumbradas a hacerlo desde muy chicas y no quieren depender de nadie. «Necesitamos comprar nuestros remedios y seguir ayudando en la casa, este trabajo es lo que nos mantiene con vida, y ahora nos quieren sacar» expresó.

Dijo además que no se sabe cómo se puede vender la calle, porque el lugar en donde tenían su puesto es eso, una calle, y que lo único que ellas piden es que se les devuelva el lugar que ocuparon por varias décadas.