En su edición de la fecha, el diario La Nación publicó una serie de datos en torno a cómo la narcoexportación de disparó luego de unas decisiones políticas de Arnaldo Giuzzio cuando era ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).

La investigación cuenta que a menos de dos años de asumir en la Senad, Giuzzio desmanteló, durante el gobierno de Mario Abdo Benítez, la Dirección de Investigación Aérea Fluvial y Terrestre (DIAFT). Así se liberó del control de los puertos privados y las fiscalizaciones que se hacían en tránsito fluvial. Esta dirección dependía de la Dirección General Antidrogas.

Con esta decisión de Giuzzio se multiplicó a niveles impensados la “narcoexportación” de cocaína, principalmente a Europa, donde los puertos de Alemania, Bélgica, España, Países Bajos y Portugal se llenaron de droga que partió de nuestro país.

Según informes periodísticos, desde el 2020 hasta junio de este año, las agencias europeas interceptaron más de 45 toneladas de cocaína embarcadas desde nuestro país, mientras que en la región fueron decomisadas cerca de 12 toneladas en los últimos tres años.

A inicios de este año, a Giuzzio lo sacaron del Ministerio del Interior tras evidenciarse sus vínculos con el supuesto narcotraficante brasileño Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, a quien pretendía convertir en proveedor del Estado.

Un hecho no menor es que en medio de todos estos escándalos, la entonces nueva ministra de la Senad, Zully Rolón, firmó un convenio con el ex diputado y ex presidente de la cooperativa San Cristóbal Juan Carlos Ozorio, detenido e investigado en A Ultranza Py.

Y para rematar, el más férreo defensor de Giuzzio, el propio presidente del país, Mario Abdo Benítez, mantuvo encuentros con José Insfrán, el narcopastor, prófugo de la Justicia y hermano de Miguel “Tío Rico” Insfrán, investigado en A Ultranza Py.