Ni el mal tiempo ni el fresquete que estuvo haciendo estos días impidieron que un grupo de personas dijeran presente en el casamiento por iglesia de Rufina Ibarra (70) y Juan Ramón Portillo (27), quienes se dieron el “sí, acepto” ante los ojos de Dios en Lima, departamento de San Pedro.
Tal como lo habían prometido casi un mes atrás, cuando ante una multitud se juraron amor eterno por lo civil, esta vuelta “completaron” el compromiso ante la mirada del de “arriba”, algo que doña Rufina dijo que sí o sí iba a hacer como creyente que es.
De hecho, en entrevista con Crónica, ella misma aseguraba que fue como un “regalo de Dios” el que un muchacho tan joven se cruce en su camino y se fije en ella para brindarle amor. Juan Ramón Portillo, oriundo de Ypané, por cuestiones de trabajo viajó hasta la ciudad de Guayaibí, San Pedro. Escuchando la radio fue que se enamoró de la voz de Rufina y desde ese día hizo de todo por conocerla.
“Me animé y le escribí. Ella me contestó con un “hola”, y luego le pasé mi foto para que me conozca. Luego ya no me hizo caso, pero yo no bajé los brazos y seguí insistiendo”, contó a Crónica Juan.
Esa insistencia dio su fruto. Ambos comenzaron a intercambiar mensajes y luego de un tiempo quedaron en conocerse personalmente. El joven dice que se sintió atraído por la personalidad sana, realista y cariñosa de Rufina, mientras que su descarado encanto y su naturaleza caballerosa hicieron que el corazón de la mujer se acelerara. “Al verla me quedé mirándola y me encantó todo, su forma de ser, su trato. Nos fuimos conociendo y luego de un tiempo le pedí que sea mi novia, ¡nos enamoramos! Pasaron 7 años de que estamos juntos”, añadió el hombre, quien es 43 años menor que su amada mujer.
Una vez consumada la unión, al ritmo de «Felicidades», la pareja compartió con las personas presentes (entre las que se destacó una mujer vestida de Chilindrina) para de ahí dirigirse al tinglado municipal de Lima, donde se realizó la festichola de la fiesta.
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