Una mujer estaba realizando su trabajo para poder ayudar con los gastos de la casa. El hombre estaba de viaje, según le dijo a su pareja, por lo que debió salir de la ciudad. Sin embargo, como las mentiras tienen patas cortas y “hambre de venganza”, fue justamente el vare’a el que llevó a la doña a descubrir a su “pierna peluda” con “la otra”.

Todo pasó en Gran Bretaña, de acuerdo a lo que publica 20 minutos.es. Allí, un pedido de comida destapó la olla. Una pareja, luego del “ya tú sabes”, decidió hacer un pedido para entretener a la mandíbula. Realizada la llamada, era cuestión de minutos a que el repartidor caiga en el lugar. Y así fue.

Unos golpes a la puerta alertaron a los “cuchi cuchi” que, por fin, el hambre iba a desaparecer. Pero, al abrir la puerta, ¡se pudrió todo! Quien traía el pedido era una mujer que se quedó sin palabras al ver que quien la atendía era ni más ni menos que ¡su marido!

“¿Qué estás haciendo acá? ¿No es que tenías un viaje de negocios” le dijo ella como no creyendo lo que pasaba. El “picaflor”, sorprendido, no sabía qué decir. Solo le salió un “dame la comida”. Este trato puso peor a la mujer.

A grito pelado, lo comenzó a mandar a la casa de su abuelita por haberle mentido. En eso se escucha desde adentro de la casa “¿qué está pasando amor? ¿Qué son esos gritos?”. La repartidora no se quedó con los labios pegados y sin dudar gritó aún más fuerte: “¡¡¡soy la esposa de este infeliz!!! Hace tres años que estamos juntos.”.

“¡¡¡¿Cómo?!!!” fue la respuesta que cayó desde adentro. Como no pudiendo entender la situación, la “otra” lo miró al arriero y le dijo “¿tu esposa? ¿Acaso no eras soltero?”. La “primera dama” se dio cuenta que también estaba engañando a la amante, por lo que ambas se pusieron del mismo lado.

“Te vas ¡ya mismo! de mi casa” le dijo con furia la “otra” a lo que la esposa agregó: “ni se te ocurra aparecer por casa porque te denuncio”. Así, de la nada y por un repentino ataque de vare’a y las coincidencias de un destino que decidió hacer justicia, el fulano se quedó sin el pan y sin la otra.

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