Estar detrás de un micrófono, dispara la adrenalina en cada transmisión para aquellos que abrazaron la profesión de relator de fútbol. La pasión de seguir cada jugada, de dibujar en el oyente una imagen a través de la palabra o, incluso, de honrar esta labor que uno con mucho amor acoge, hace que cada vez que toque la oportunidad de estar en una cobertura se sienta algo especial dentro de uno.

Pero cuando de por medio hay un sueño largamente perseguido, ese deseo que sale desde lo más íntimo de nuestro ser, eso se valora mucho más. Fiel ejemplo de una situación como esta es Alcides Cartes. Relator desde hace más de una década y periodista deportivo, tuvo la chance de tocar el cielo con las manos. Y no es que narró la final de un mundial o que la fama lo haya hecho ser la figura que muchos anhelan. No, nada que ver. Lo suyo fue mucho más humilde. Mucho más visceral. Con mucho más sentido de pertenencia.

A diferencia de lo que normalmente solemos ver en el mundo del fútbol, donde los futbolistas que sueltan la pelota pasan a ser periodistas, el caso de Alcides es al revés. De relator y periodista deportivo a calzarse los botines y llenarse el corazón de orgullo por poder haber debutado a sus 36 años en la primera del Club Atlético Imperial, de la división de ascenso de la Liga San Lorenzana. El ahora lateral derecho, en charla con Crónica, contó cómo fue que todo se dio.

-Se dio el debut… ¿cómo fue que llegaste ahí?

-Este año me propuse jugar en Imperial porque es el equipo de mi barrio. Era como un sueño que quería cumplir y por suerte se me dio. La verdad que no hay palabras para describir la emoción. Muchos tenemos por dentro nuestro las ganas de jugar alguna vez en la primera de un equipo. Y hoy puedo decir que a mi se me dio y en el equipo de mi barrio.

-¿Cómo fue que se dio ese primer contacto?

-Tengo conocidos en el club y me fui a ver si se podía. Me comprometieron a que haga la pretemporada, a que me ponga en forma y a pelear por un lugar. Hice toda la parte física y después de tres fechas que no me tocó, por fin ahora en la cuarta llegó la oportunidad. Fue realmente un debut soñado porque era algo que quería muchísimo. Además ganamos y mi familia me siguió desde las graderías. Más no se puede pedir.

-¿Costó mucho?

–Siempre lo mio era a nivel de buches vamos a decirle. Pero como iba viendo en mi trabajo que había algunos jugadores que estaban gorditos pensé que por ahí tenía alguna oportunidad. Mi esposa y mis hijas me motivaron mucho y por eso me lancé en procura de cumplir este sueño. Y me tocó estar los últimos 20 minutos de un partido muy difícil ante el 19 de marzo que pudimos ganar 4-2.

-¿Cuál es la diferencia entre ver fútbol desde la cabina de transmisión y desde dentro de la cancha?

-La verdad que no es nada fácil. Las pulsaciones a mil. Encima entré en un momento en el que el equipo más nos atacaba. Pude reventar varias pelotas como se dice… ¡A la casa del vecino mandamos varias pelotas! Jajaja… En un momento candente me tocó entrar.

-Por lo general, ves futbolistas que se vuelven periodistas. En tu caso es al revés. ¿Cómo ves el futuro?

-Hasta donde me dé el cuero, quiero ir. La edad es una cuestión mental en el fútbol. Cierto que hay chicos muchos más jóvenes pero yo me estoy cuidando mucho en lo físico y si se puede, quiero seguir. Por ahí las exigencias al ser una categoría de ascenso en la Liga Sanlorenzana permiten que uno pueda estar. Y eso que las canchas son muy complicadas… “Saque si quiere ganar” como se dice. Te pica mal y olvidate.

-Y si suben…

-Si llegamos a subir, si me da el cuero y el profe Augusto Salinas me da la oportunidad, vamos a estar al pie del cañón. Me dijo luego el profe que acá no hay muchos secretos. Hay que entrenar y entrenar. De hecho que hay dos o tres de mi categoría que están en el equipo. Pero ellos desde las inferiores que están. Tienen otro rodaje. Pero acá estamos todos con el mismo objetivo. Si ganamos la próxima fecha nos podemos meter en el cuadrangular para pelear el ascenso.

-Está claro que este sueño cumplido no pasa por lo económico…

-La verdad que es por amor. Por amor al fútbol, por amor al club, por el amor que te dan la familia y los amigos. Eso es lo que motiva. Yo veo que a mis compañeros les mueve mucho lo camiseta, el barrio, ese sentimiento de pasión, de sentido de pertenencia.

-Y si hay una final, ¿dónde vas a estar? ¿En la cabina relatando o en la cancha jugando?

-Vos sabés que los compañeros muchas veces me hinchan y me dicen “¿Cúando lo que va a relatar nuestro partido?”, porque saben lo que hago. Pero si el profe me da la oportunidad, quiero seguir en la cancha… Estoy viviendo un sueño hermoso.