Don Floriano Coronel (78) pasó gran parte de su vida pensando en una persona: su hermano, Juan Osvaldo (85).
Este, tampoco no dejaba pasar un solo día en preguntarse ¿que pasó de “Flori”?, como de chico le decía en la casa donde vivían en Loreto, Concepción. Hace 38 años que ambos tomaron caminos diferentes y perdieron contacto. “Mi anhelo era saber algo de él, pensé que ya no lo iba a volver a ver”, dijo Floriano.
La esperanza de un reencuentro era mínima. Los datos que uno tenía del otro se resumían tan solo a sus nombres. Pero el destino les tenía preparada una sorpresa. Y se dio de la forma menos pensada.
Ambos se encontraron ¡en Brasil! Fue un profesor jubilado de nombre Antonio Argüello, vecino de don Floriano, quien junto con su esposa, María Vera, decidieron viajar a la ciudad de Maracaju, Brasil, para visitar a su hija que vive allí.
“Estaba en el súper y vi a un señor, era idéntico a Floriano y le grité “Coronel”, se dio la vuelta al instante. Allí supe que se trataba de Juan”, contó a Crónica Argüello. “Allí me contó que viajó a Brasil y ya no pudo volver por diferentes motivos”, agregó.
“Lo que hice fue volver a Paraguay y comentarle a Floriano que encontramos a su hermano. Y lo llevé hasta Brasil para que lo vea. Al verse, ambos lloraron y se dieron ese abrazo que tanto anhelaban. Fue muy emocionante”, explicó.
“Abrazarlo me llenó de felicidad”
Los hermanos Coronel hablaron todo lo que hace 38 años no pudieron hablar y agradecieron a Dios volver a verse cuando ambos pensaban que eso ya no se iba a dar.
Don Juan presentó a don Floriano a sus hijos y nietos. “Abrazarlo me llenó de felicidad”, dijo don Floriano.
“Ambos cocinaron un asadacho de aquellos y festejaron el reencuentro como nunca. Era todo muy emotivo. Lo que más me emociona es que el encuentro se dio en vida, como debe ser”, agregó por su parte don Argüello.
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