COLOMBIA. Un drama y no macana están pasando en San Andrés, la isla caribeña a la que ya le alcanzó el coronavirus. Pasa que los dueños de la única funeraria se contagiaron y no hay quien entierre a los muertos.

Solo hay una funeraria, por lo que la enfermedad de sus dueños afectó la disposición de los cuerpos en la ciudad y no saben qué diablos hacer.

Hay por lo menos siete cuerpos de fallecidos por Covid-19 que se acumularon sin poder ser enterrados.

La dueña de la funeraria se encuentra en grave estado de salud, según declaraciones del gobernador de San Andrés, Everth Hawkins, debió ser trasladada en un helicóptero de emergencia por fuera de la isla para que fuera atendida. Su hijo también está contagiado, por lo que la funeraria está funcionando solo con un operario.

“En la única funeraria de San Andrés, la dueña se contagió de covid-19 y está en delicado estado de salud, tuvo que ser llevada al continente en avión ambulancia por la gravedad”, señaló el gobernador. Para mitigar esta situación, la Secretaría de Servicios Públicos de la isla está requiriendo operadores de otras ciudades que se encarguen del manejo de los cadáveres. “Estamos cortos de personas que conozcan los protocolos para los embalajes de personas muertas por covid-19 y enterrarlas. Estamos terminando un nuevo horno incinerador para cumplir con los protocolos”, precisó Hawkins.

EMERGENCIA

Se están construyendo 700 bóvedas nuevas en el cementerio y adquiriendo contenedores fríos. La principal preocupación en palabras del Gobernador es no dejar que “la gente se nos pudra, eso propaga más en virus”.