CAPIIBARY. Lasislaa Agüero, del asentamiento San Juan Pablo II, fue acusada por parte de su expareja, Porfirio Villar, de estar metida en el “trabajito” de poner fotos de personas en la cruz grande del cementerio, con el objetivo de perjudicar.

Ante semejante afirmación, la afectada he’i que es todo mentira y que ni siquiera él fue capaz de hacerse cargo de su hija de 12 años. “Esta gente todo el tiempo me está acusando, y quiero saber si tienen testigos. Él era mi marido y se fue con una esposa ajena. 16 años de matrimonio tenemos, hace tres años que está con esa mujer y 6 meses que nos dejó para irse. Es más, yo le di para su pasaje, porque me dijo que se iba a ir a trabajar y me iba a enviar dinero” comenzó relatando la mujer.

He’i que “me mintió, porque supuestamente se fue para juntar plata para comprar un camión. Tenemos una hija juntos y nos dejó en la calle. Nuestra hija de 12 años no puede ni estudiar porque él nos mandó vender todo lo que teníamos, nos dejó con la mano sobre la cabeza”.

Finalmente, dijo sentir mucho “lo que nos está haciendo, acusándonos de que pusimos su foto en el cementerio. Esa mujer es la que dice eso para ponerle en contra de nosotros. Esa mujer tiene marido y tres hijos en Asunción. Quiero saber por qué él dice que yo todo el tiempo le hice payé. No vamos a dejar así nomás esta calumnia”.

“Se va a aclarar”

Mario Ayala, presidente del asentamiento San Juan Pablo II, apoyó a Ladislaa diciendo que “es una excelente persona, una madre para todos nosotros. En algún momento se va aclarar este tema”.

Kurusu guasu: nuevamente aparecieron más fotos

Así como pasó en días anteriores, donde doña Felicita había sacado a la luz pública el hallazgo de unas fotos puestas en el kurusu guasu del cementerio, supuestamente con la finalidad de causar perjuicio a alguien, ahora volvieron a darse nuevos casos relacionados.

Esta vez, la señora encontró un par de fotografías, una de ellas incluso recortada y en ambos casos pertenecientes a hombres. Este nuevo hallazgo ya desató una suerte de preocupación entre los pobladores, temerosos de que haya alguien realizando magia negra en el lugar.